La policía egipcia ha as alto las oficinas de Al Jazeera, en El Cairo, el día 29 de septiembre, y confiscó los equipos por segunda vez en un mes, según ha informado la cadena.
La sede de Al Jazeera Mubasher Egipto, que emite en directo noticias internacionales, fue asaltada a principios de este mes, por las fuerzas de seguridad, que decían que la cadena de televisión no tenía una licencia adecuada. Grupos de derechos dicen que esto fue parte de la represión más generalizada de los medios.
El gobierno niega que intente censurar los medios y dice que el canal no tenía la documentación en regla.
“Nos sorprendimos cuando los funcionarios de seguridad… irrumpieron en nuestras oficinas, se negaron a mostrarnos su identificación y nos maltrataron, deteniendo a un periodista”, Ahmed Zein, que dirige Al Jazeera Mubasher en El Cairo.
Zein dijo que le había comunicado a la cadena que tenía que adquirir una nueva licencia para una dirección diferente a la de la sede de Al Jazeera. La cadena ya lo había hecho y esperaba la nueva licencia para el próximo domingo.
Desde su lanzamiento, en 1996, Al Jazeera se ha convertido en una emisora de noticias del más alto perfil en Oriente Medio. Con frecuencia, tiene dificultades con los gobiernos en una región donde los medios han estado tradicionalmente bajo un fuerte control.
Con el presidente depuesto, Hosny Mubarak, Egipto a menudo asediaba a este canal. El pasado mes de enero, cerró sus operaciones en Egipto, acusado de incitar a las protestas que finalmente derrocaron al presidente Mubarak.
El ministro de Información, Osama Heikal, declaró la semana pasada que el gobierno no tenía ningún problema con Al Jazeera, pero que Al Jazeera Mubasher había comenzado a emitir sin las licencias apropiadas. “Esto es un asunto que afecta a la soberanía, porque estaban operando sin ninguna base legal”, explicó.
El Comité para la Protección de los Periodistas dijo en un comunicado el 13 de septiembre que estaba alarmado por las nuevas medidas tomadas contra los periodistas, describiendo el primer asalto al canal de TV como una medida “anti prensa”.
En julio, grupos de derechos documentaron más de media docena de casos de acoso a periodistas y blogueros, por las noticias y opiniones críticas con el partido militar en el gobierno. El número ha aumentado desde entonces.
(IOL, 29-09-11)