No se han encontrado cuerpos en las dos supuestas fosas comunes halladas en el delta del río Tana, en Kenia.
La policía y los patólogos que han excavado las supuestas fosas en la inestable región, donde se ha producido recientemente una serie de sangrientos enfrentamientos entre grupos étnicos rivales, dejando más de 100 muertos, se quedaron sorprendidos el día 20 de septiembre, cuando sólo encontraron una parte de una pierna en descomposición, enterrada bajo tierra.
“Han excavado las dos zonas pero no han encontrado nada. Sólo encontraron un trozo de pierna humana”, señaló el jefe de policía de la zona, Aggrey Adoli, añadiendo “nosotros también estamos impresionados”.
Un funcionario de la Cruz Roja de Kenia, que presenció el ejercicio de exhumación de los supuestos cadáveres, dice que es extraño porque había un fuerte hedor que se desprendía de la zona. “Es difícil de creer que no haya nada porque la zona huele realmente mal. Es muy extraño que no haya nada bajo tierra más que un pequeño trozo de pierna humana”, explicó.
La policía ha dicho que seguirá investigando para determinar si hay cuerpos enterrados en otras zonas dentro de la población de Ozi, donde aparecieron estas dos supuestas fosas comunes.
La violencia entre los dos grupos estalló a mediados de agosto, se enfrentaban la comunidad Pokomo dedicada a la agricultura contra sus vecinos los pastores Orma, que protagonizaron varios ataques y contraataques de represalia.
Las dos comunidades se han enfrentado en el pasado, y la violencia se ha atribuido normalmente a las disputas por el agua y los pastos.
Pero la escala e intensidad de los recientes asesinatos, con mujeres y niños asesinados a machetazos, o quemados vivos en sus viviendas, ha impactado a mucha gente y los ciudadanos de la región dicen que los políticos están avivando el estallido de violencia.
La semana pasada, Dhadho Godhana, miembro del parlamento por Garole, en el delta del río Tana, fue acusado en los tribunales por incitación a la violencia.
Más de 1.000 policías paramilitares han sido desplegados en la región, en un esfuerzo por evitar más ataques.
Los últimos enfrentamientos han recordado a la violencia étnica que se produjo a gran escala en Kenia tras las elecciones de 2007, cuando el derramamiento de sangre sacudió un país que se consideraba el más estable de la región.
Algunos observadores temen un resurgimiento de la violencia de cara a las elecciones, previstas para marzo de 2013.
Bernard Momanyi
(Capital News, Kenia, 20-09-12)