El presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, aceptó la mediación de la ONU para excarcelar a presos del grupo extremista Boko Haram, a cambio de liberar a las más de 250 estudiantes secuestradas por esa facción.
Al respecto, medios de prensa indicaron hoy que las niñas, presumiblemente, continúan cautivas en el bosque de Sambisa, en el noroeste de Nigeria.
A gran parte de las adolescentes las forzaron a casarse con soldados de la secta terrorista y las embarazaron, dijeron algunas de las miles de mujeres liberadas en el último año.
El gobierno de Buhari recibió críticas de los padres de las menores, de líderes comunitarios y activistas de derechos humanos por no rescatar a las escolares.
Se considera que a muchas de ellas posiblemente las convirtieron en esclavas sexuales y fueron obligadas a integrarse a las filas de Boko Haram, cuyos integrantes, incluso, agredían a quienes intentaban rescatarlas.
Hay cierta cantidad de ellas que padece del síndrome de Estocolmo, una reacción psicológica marcada por el afecto de la víctima a su secuestrador, según versiones.
Las agresiones de la organización fundamentalista motivaron al éxodo masivo de personas hacia lugares más seguros.
En ese contexto, el director del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Babatunde Osotimehin, precisó que en 2014 su organización ayudó a más de 16.ooo jóvenes embarazadas en el noreste del país, donde Bokon Haram concentra sus ataques.
Prensa Latina
Fundación Sur