Moïse Katumbi declaró ayer jueves en Lubumbashi, haber escrito a la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (RDC), MONUSCO, para pedir «protección», justo el día después de su nominación a las inciertas elecciones presidenciales previstas para antes del final de este año.
«Envié una carta a la MONUSCO buscando su protección, porque estoy en peligro, mi seguridad ya no estará garantizada», declaró a un periodista de la AFP el ex gobernador de la antigua Katanga.
«Esta mañana mi casa ha sido rodeada, cuatro veces, por las fuerzas de seguridad» y añadió que dos de sus guardaespaldas habían sido detenidos en sus casas».
El miércoles 3, el ministro congoleño de Justicia afirmó que había ordenado una investigación sobre «el reclutamiento de mercenarios» extranjeros, estadounidenses entre ellos, relacionado con Moïse Katumbi.
«Exijo una investigación internacional independiente para desmantelar estas falsas acusaciones», respondió al día siguiente el Sr. Katumbi, que califica estos hechos como “maniobras del poder».
El 24 de abril, el gobierno detuvo a cuatro guardaespaldas del señor Katumbi, entre ellos un estadounidense, durante una manifestación contra el gobierno en Lubumbashi.
La “Unión Democrática Africana Original”, un pequeño partido de la oposición, denunció las duras medidas de intimidación contra el candidato de la oposición.
Carismático y popular, MoÍse Katumbi, un rico empresario, de 51 años, ex gobernador de la antigua provincia de Katanga (sudeste), entró en la oposición en septiembre después de renunciar como gobernador y abandonando el partido presidencial.
El clima político es muy tenso desde hace ya varios meses en la RDC, ya que cada día que pasa hace que sea un poco más improbable la celebración de elecciones presidenciales antes de que finalice el año.
Algunos líderes de la mayoría abogan por una transición de entre dos a cuatro años para organizar unas «buenas elecciones».
La RDC atraviesa una profunda crisis política desde las elecciones legislativas y presidenciales en noviembre de 2011 marcadas por las irregularidades y el fraude masivo y por haber renovado por cinco años más al presidente Kabila y a su mayoría para dirigir el país.
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