Más de dos millones de keniatas en riesgo de inanición

Más de dos millones de keniatas pueden verse afectados por la crisis alimentaria de julio, ya que los efectos de una sequía que afectó la producción de alimentos y llevó a un aumento de los precios siguen siendo graves. Esto tiene lugar a medida que disminuyen las reservas de cereales del país, y se espera que sus reservas, de menos de un millón de toneladas, se agoten en dos semanas. De los 47 condados del país, Turkana, Baringo (East Poot), Wajir, Garissa, Tana River e Isiolo son los más afectados y en extrema necesidad de rápida intervención.

Dos millones

Según el último informe de la Autoridad Nacional de Gestión de la Sequía (NDMA), el número de keniatas que requerirán asistencia alimentaria superará los dos millones este mes, frente a los 1.6 millones de mayo. El informe añadía que “en general, la situación respecto a la seguridad alimentaria en los condados del Asal (áridos y semiáridos) se deterioró en mayo de 2019, con más hogares entrando en una fase de crisis”.

Esto se produce al mismo tiempo que surgen temores acerca de los efectos secundarios de la sequía sobre las perspectivas económicas, lo que puede frenar el crecimiento. En mayo, el gobernador del Banco Central de Kenia, Patrick Njoroge, había advertido que la sequía podía bajar el crecimiento económico del presente año al 5,9%, en comparación a las previsiones de principios de año, que lo situaban en el 6,3%. Una sequía similar hace dos años provocó que el crecimiento económico descendiese hasta el ritmo más lento que había tenido en más de cinco años.

Lluvias tardías

Njoroge reflexionó sobre el informe de la NDMA: “un comienzo tardío de la temporada de lluvias puede reducir en un 0,4% las previsiones de crecimiento. No hablamos de sequía como lo hacíamos en 2017 porque, al final, las lluvias han llegado. La pregunta ahora es, ¿son las adecuadas?” Las primeras lluvias de la temporada suelen tener lugar en marzo, pero este año no han llegado han llegado hasta abril y al haberse ralentizado, no son adecuadas para la producción de alimentos.

La agencia subrayó este empeoramiento de la situación alimentaria, que ha provocado que la inflación en el país se haya acelerado al 6,6%, el índice más alto en casi dos décadas. El informe establecía que “el cultivo en todo el país se ha visto afectado por las lluvias tardías, pobremente distribuidas y, acumulativamente, por debajo del promedio de marzo a mayo. El desempeño de la lluvia por debajo de lo normal, junto con una distribución temporal deficiente y desigual, ha afectado la producción de cultivos en las zonas de subsistencia agrícolas y marginales de la agricultura, y todas las áreas reportan una producción esperada de menos del 40%”.

Kenia busca ahora abrir el mercado de importaciones con el objetivo de traer más de 1,3 millones de toneladas de maíz a partir de este mismo mes, doblando así la anterior compra del país. Hasta el momento ya se había contactado a Tanzania a finales de junio para la compra de más de un millón de sacos de maíz.

Importación de maíz

El informe también establecía que “el gobierno tiene planes de levantar los aranceles a las importaciones de maíz en julio, permitiendo así su importación con el objetivo de mejorar el abastecimiento de dicha mercancía frente a la disminución de las existencias nacionales”.

Mwangi Kiunjuri, Secretario del Gabinete de Agricultura, declaró que “le di mi consejo al Gabinete sobre este tema en mayo y estamos a la espera de su decisión”. En 2017, el gobierno permitió a los molineros importar maíz para frenar el creciente coste de la harina, que había subido hasta los 153 chelines kenianos (1,32€) por un paquete de 2 kg.

En los últimos tres meses, el país ha sido testigo de cómo el precio del maíz ha crecido en más de un 23% en medio de una escasez de oferta, poniendo el precio de un saco de 2 kg. de harina en 124 chelines kenianos (1,07€).

Según el informe de la NDMA, “en comparación, los precios oscilan entre un 25 % y un 45 % por encima de los de 2018, impulsados por el reciente aumento de los precios, principalmente debido a la especulación de marzo. Los precios del maíz han estado siguiendo tendencias estacionales en niveles deprimidos en 2019 hasta abril, cuando comenzaron a subir de manera inusual debido a la especulación en el mercado”.

Largas lluvias

Conforme al Departamento de Estado de Agricultura, el rendimiento de la cosecha de maíz en el país se vio afectado por las lluvias tardías, perjudiciales también por ser deficientemente distribuidas y, acumulativamente, por debajo de la media entre marzo y mayo.

Aparte de las lluvias, contamos con el surgimiento de una infestación de gusanos pardos que se registró en abril y mayo y afectó al maíz que se encontraba en las etapas emergente y vegetativa, pero las lluvias recientes han ayudado a controlar la infestación y también a impulsar la recuperación del cultivo infestado anteriormente.

El informe concluía que “se espera ahora que la mejora en las condiciones de cultivo se anticipen especialmente en el oeste del país, así como en el Valle del Rift”. En los próximos cuatro meses, se espera que los principales impulsores de los precios del maíz sean las importaciones transfronterizas regionales, incluidas las importaciones transfronterizas por debajo del promedio esperadas con Uganda y la incertidumbre de las políticas de exportación en Tanzania.

También se espera que la amenaza o la importación real de maíz de fuentes regionales e internacionales como Zambia, México y Ucrania pongan los precios del maíz a nivel nacional en el límite.

Fuente: Daily Nation

[Traducción y edición, Ángela Martínez Pradas]

[Fundación Sur]

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