Bamako- El presidente interino de Malí dijo a los mediadores internacionales el día 12 de junio que quería cambios para el pacto de alto el fuego propuesto con los rebeldes tuareg separatistas, lo que significa que habrá retomar las conversaciones en el país vecino, Burkina Faso.
Un acuerdo que permita que la administración civil y las fuerzas armadas de Malí vuelvan aentrar en el último bastión tuareg, Kidal, en el remoto noreste de Malí, es esencial para las elecciones presidenciales del 28 de julio, necesarias para desbloquear los miles de millones de euros prometidos por los donantes.
Las votaciones completarían una transición democrática después del golpe militar de marzo de 2012, desencadenada por una insurrección tuareg que fue pronto secuestrada por grupos islamistas ligados a Al-Qaeda. El control islamista durante 10 meses del norte de Malí se acabó gracias a la campaña militar guiada por las fuerzas francesas que se lanzaron a la ofensiva en enero.
El ministro de Exteriores de Burkina Faso, Djibril Bassole, había dicho el día 10 de junio que el gobierno de Malí y los tuareg habían alcanzado un principio de acuerdo. Desde entonces, Bamako se había mostrado reticente acerca de un pacto que impusiera condiciones a la vuelta de sus tropas a la ciudad de Kidal.
Los mediadores internacionales- incluyendo a los representantes de Naciones Unidas, la Unión Europea y el AFISMA (la misión africana para el mantenimiento de la paz)- sostuvieron durante siete horas conversaciones con el presidente interino, Diocounda Traoré, en un intento infructuoso por ganar su aprobación.
“El presidente de la República explicó el punto de vista del gobierno en detalle, y sobre esa base, vamos a continuar las negociaciones con Uagadougou”, dijo el líder de AFISMA, Pierre Buyoya. “Tenemos firmes esperanzas de alcanzar un acuerdo los próximos días”.
El presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, dirigirá los esfuerzos de mediación.
El gobierno de Malí ha amenazado con arrebatar el control de Kidal si no se alcanzaba un acuerdo en las conversaciones. Su ejército, reequipado después de las humillantes derrotas del año pasado a manos de los tuareg y los rebeldes islamistas, avanzaron hacia Kidal la semana pasada, sobrepasando a los rebeldes separatistas tuareg del Movimiento de Liberación del Azawad (MNLA) en el primer combate en meses.
Existe una oposición generalizada en Bamako a cualquier pacto que permitiera hacer concesiones al MNLA, cuyos líderes se enfrentan a órdenes judiciales de arresto en Malí por supuestos crímenes cometidos durante su ocupación del norte del país.
“Si los políticos firman estos acuerdos, algún día tendrán que responder ante la Historia”, dijo el fiscal de la República, Daniel Tessougé. “Malí no debe humillarse a sí misma de nuevo para conseguir los miles de millones de euros prometidos por nuestros socios internacionales”.
Los donantes prometieron 3.250 millones de euros el mes pasado para ayudar a la reconstrucción de Malí del conflicto, pero el grueso del desembolso de dinero depende de la celebración de elecciones.
Francia ha presionado fuerte para que se lleven a cabo las elecciones. Planea entregar la responsabilidad de la seguridad interna de Malí a la misión de paz de las Naciones Unidas que debe desplegarse el próximo mes de julio.
Bassole dice que el borrador del acuerdo permitiría al ejército desplegarse en Kidal y pidió la creación de una comisión mixta compuesta por ambas partes para vigilar la seguridad.
Los rebeldes serían confinados de vuelta a sus cuarteles pero permanecerían armados mientras se decidan en un acuerdo final sus demandas de mayor autonomía. Ellos esperan negociar esto después de las elecciones.
El jefe de la delegación que representa al MNLA dijo a última hora del día 11 de junio que los rebeldes habían aceptado el acuerdo.
“Hemos analizado el documento… y cada uno de nosotros está de acuerdo en que ahora no sería posible conseguir algo mejor que lo que tenemos en el documento. Puedo confirmar que estamos preparados para firmarlo”, dijo Mahamadou Djeri Maiga. –Reuters.
Tiemoko Diallo y Adama Diarra
(IOL, 13-06-13)
Traducido para Fundación Sur por Miguel Obregón Tomé.