Desde hace tres semanas dos mil profesores kenianos se niegan a impartir clases debido a los ataques de las milicias somalíes Al Shabab, confirmó hoy el gobernador de la provincia de Mandera, Ali Roba.
Los inconformes pertenecen a zonas cercanas a la frontera con Somalia y solicitan a la Comisión de Servicio del Profesorado (TSC) que los transfieran a otras áreas del país más seguras, precisó la fuente.
En opinión de Roba, los educadores deben cesar las protestas y quienes no se incorporen a las aulas podrían ser despedidos.
La posición del funcionario fue rechazada por los líderes del gremio, porque en las zonas donde laboran los profesores reina la anarquía y la Policía no se atreve a salir de las comisarías ante las llamadas de emergencia de las escuelas, según el profesor Joseph Meshack.
La TSC aseguró que no habrá un traslado masivo de docentes, pero no ofreció una solución alternativa al conflicto, refieren medios de prensa.
A mediados del pasado mes, Al Shabab atacó localidades de esta región y dió muerte a 64 personas, casi la mitad de ellos profesores que impartían educación no acorde a la religión islámica.
La mayoría de los profesores que trabajan en Mandera, Wajir y Garissa proceden de otras regiones kenianas y la población local los considera extranjeros.
El noreste de Kenya está habitado por kenianos y somalíes y la religión mayoritaria es el islam, mientras que el resto del país, a excepción de la zona costera, es cristiano, lo que ha generado conflictos religiosos.
A fines de noviembre pasado, Al Shabab atacó un ómnibus y ejecutó a los pasajeros cristianos, lo cual profundizó la desconfianza entre locales y foráneos.
Fuente: Prensa Latina