Se ha previsto celebrar una reunión entre los invasores de tierras de la región Cabo del Este, en Suráfrica, y la policía, para aliviar las tensiones en Mthatha.
El portavoz de la policía, el coronel Mzukisi Fatyela, dijo que lo que se pretende es explicar a los invasores que se enfrentan a la expulsión, por una orden judicial obtenida por la Iglesia Reformada de la Unidad, después del acaparamiento de su tierra.
La Iglesia obtuvo una orden de desalojo, después de que su tierra de 57 hectáreas, en Mthatha, fuera invadida hace dos semanas, por residentes del lugar.
Un representante de la iglesia, que no quiso ser nombrado, dijo que los registros de la iglesia muestran que un jefe local dio esta tierra a la iglesia en 1886. “Después obtuvimos un título de propiedad de la tierra adecuado”.
Un grupo de personas invadieron la tierra el pasado 22 de octubre, y la dividieron en parcelas, afirmando que la tierra les pertenecía.
“Obtuvimos una orden judicial provisional para expulsarlos, cuando nos la dieron, algunos de ellos se marcharon, pero otros se han quedado. La orden de expulsión nos la concedieron el viernes, día 28 de octubre”, explicó, añadiendo “Acudiremos a los tribunales el día 24 de noviembre, allí esperamos que la orden sea finalizada”.
Un miembro del comité de los “invasores”, Jonas Ntsabile, declaró a la televisión nacional, el día 1 de noviembre, que la comunidad está recuperando lo que les fue robado hace años, por parte de la Iglesia Reformada de la Unidad y los agricultores blancos. [En la época del apartheid].
“Nos fue robada por la fuerza y los misioneros se quedaron con ella. El pueblo ha tomado la decisión de volver y ocupar la tierra de sus antepasados como beneficiarios. No hay venta de tierras ni nada de eso”, declaró Ntsabile.
Expropiación sin compensación
Este acto de “invasión” no ha sido el único. En otras zonas como la provincia de KwaZulu Natal, se han invadido otras fincas por parte de habitantes de la zona, como la comunidad de Mpumuza que ha invadido una finca en desuso, cerca de la ciudad de Pietermaritzburg, propiedad de Rusty Roodt; y en Winterskloof, en la zona central de la provincia, donde unos 200 miembros de la comunidad invadieron una gran extensión, dividiéndolo en parcelas más pequeñas entre ellos.
Los invasores afirman que ya es hora de responder “positivamente” a la llamada del presidente de la Liga de Juventudes del ANC, el polémico Julius Malema, para reformar la constitución y que se pueda expropiar la tierra sin compensación.
El propietario Rustty Roodt, cuya finca estaba sin utilizar desde hace muchos años, acudió a los tribunales y obtuvo también una orden de expulsión, según él, no se puede permitir la invasión solo porque “la gente afirma que la tierra les pertenece, porque fueron expulsados a la fuerza por el gobierno del apartheid en los años 50” y acusó a la policía de no haber actuado para impedir a los invasores entrar en sus propiedades.
El presidente de las Juventudes del ANC, Julius Malema, convocó una Acción Masiva de la Juventud por la Libertad Económica, una marcha que se celebró los pasados 27 y 28 de octubre, en diversos centros económicos de Johannesburgo y Pretoria. Las estimaciones de la asistencia varían entre 2.000 unos medios, a 10.000 otros y la del propio Malema, “sobre 25.000 personas”.
Con esta marcha se pedía la nacionalización de las minas, la expropiación de la tierra sin compensación, la prohibición de los intermediarios laborales, una vivienda digna, electricidad, agua potable y sanitarios para todos, tanto para los asentamientos formales como los informales.
Malema elaboró un “Memorándum de Libertad Económica” que él mismo entregó al finalizar las actividades de la gran marcha, al recién nombrado ministro de Trabajo Público, Thulas Nxesi, amenazando con que si no lo recibía alguien del gobierno directamente, los jóvenes de la gran marcha volverían una y otra vez hasta que lo consiguieran.
En el memorándum de libertad económica, las Juventudes del ANC piden la reforma de la sección 25 de la constitución, que protege “la propiedad privada contra la expropiación arbitraria” y abre el camino para las compensaciones, para permitir que las reclamaciones de la tierra se lleven a término, sin compensación.
(Times Live/otras fuentes, Suráfrica, 02-11-11)