Tras la invasión de la policía de fronteras angoleña en la República Democrática del Congo, el gobierno ha despachado a dos ministros, el de Interior y el de Seguridad y Defensa, y a dos antiguos combatientes, así como al gobernador de la provincia del Bajo Congo. Todos ellos intentarán que los policías angoleños se retiren del territorio congoleño. Esta ocupación no se puede justificar, ya que los dos gobiernos, normalmente, se reúnen cada vez que surge alguna divergencia.
Según un medio próximo a la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, MONUC, que cita la sociedad civil y ciertas fuentes religiosas del lugar, la policía de fronteras angoleña ha vuelto a instalarse, después de muchos días en el pueblo de Sava. Este pueblo está situado en el territorio de Mbanza Ngungu, a más de 200 kilómetros de Matadi, en la provincia del Bajo Congo.
Según las fuentes, el gobernador de la provincia del Bajo Congo, Floribert Mbatshi Batshia, acompañó a los responsables de la Agencia Nacional de Información de la Dirección General de Migraciones, así como las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo, han visitado la frontera entre los dos países, junto con los ministro y ex combatientes, para intentar solucionar esta crisis. Este equipo ha constatado que la policía angoleña se ha replegado, pero no se ha retirado.
“Estos policías de fronteras angoleños están dispersados por la selva. No sabemos el número exacto y están fuertemente armados”, indicó un habitante de Sava, añadiendo que la policía no ha recuperado sus habitaciones, como antes, sino que han ocupado nuestros campos, a las afueras de Sava. Los policías angoleños se encuentran en los bosques de Kibenga y Kimpenga, impidiendo a los habitantes de Sava acceder a sus campos.
El pueblo de Sava, en la provincia del Bajo Congo, ha estado ocupado desde hace más de un mes por los soldados angoleños. Estos se iban a retirar después de una visita del primer ministro, Adolphe Muzito, a la zona. La población de Sava se pregunta cuál será la reacción de las autoridades nacionales, frente a esta nueva violación del territorio nacional.
Esta población, que ahora no tiene acceso a sus campos, se ve expuesta a la malnutrición, en la medida en que sus campos son su principal medio de vida. No pueden plantar, ni sembrar, ni recolectar y tampoco podrá acudir a beneficiarse de la ayuda humanitaria que se envía a esta población siniestrada. La población asegura que en el intervalo de unos meses, se verá obligada a huir de la ocupación o a morir de hambre, por lo que pide al gobierno que intervenga urgentemente, desplegando una fuerza militar que disuada a los policías angoleños para que se retiren de la República Democrática del Congo.
(Kongo Times, Congo R.D., 04-06-09)