Los países de los Grandes Lagos, con Ruanda a la cabeza, han rechazado las conclusiones del informe de la ONU que los implican en atrocidades cometidas en la vecina RDC.
El gobierno ruandés, principal acusado de posibles crímenes de genocidio contra refugiados hutu ha calificado el informe de “malo y peligroso de principio a fin”.
El informe fruto de investigaciones hace un inventario de 617 crímenes graves que causaron decenas de miles de víctimas de civiles. La filtración en agosto del documento había suscitado el furor de Ruanda y había obligado al Secretario general de la ONU a viajar a Kigali.
En un documento oficial adjunto al informe las autoridades ruandeses han denunciado de nuevo “la manipulación de la ONU… con la finalidad de reescribir la historia y reavivar el conflicto en Ruanda y en la región”. Según Kigali “el deseo de validar la teoría del doble genocidio está permanentemente presente” y las masacres de los refugiados hutu ruandeses se ponen en el mismo nivel que el genocidio contra los tutsi de 1994. El informe ignora “el contexto histórico y la amenaza seria planteada por parte de los refugiados, armados e ideológicamente adoctrinados”. El inventario de la ONU “insulta la historia y constituye un intento peligrosos e irresponsable de poner en peligro la paz y estabilidad en la región”, según el gobierno ruandés.
También Uganda, señalada con el dedo en el informe “ha rechazado en su totalidad el informe” El gobierno ugandés denuncia que se trata de “un condensado de rumores, erróneo en su metodología, en sus fuentes”. Uganda amenaza con revisar su participación en las diferentes operaciones regionales e internacionales a favor de la paz”.
Burundi rechaza también el informe “que está destinado claramente a desestabilizar la sub-región y que no ha sido llevado a cabo de manera objetiva”.
Angola, que a partir de 1998 fue aliada de Kinshasa, ha rechazado las acusaciones según las cuales sus fuerzas armadas “habrían estado implicadas en actos contrarios a su misión”.
Solo la RDC ha saludado el informe de la ONU como un documento “detallado” y “creíble” que demuestra “el horror indecible y extendido de los crímenes que el pueblo congoleños ha sufrido”, según su embajador en la ONU.
(Resumen de informaciones aparecidas en Cyberpresse 01/10/2010)
Traducido y adaptado por Ramón Arozarena.