Las autoridades de la Iglesia Católica en Burundi pidieron un diálogo productivo entre las partes para evitar volver a caer en una guerra civil, e hicieron una advertencia a quienes podrían estar tentados a “volver a tomar las armas en las manos”.
El comunicado fue leído por el obispo Gervais Bashimiyubusa ante los micrófonos de las emisoras radiales católicas. El documento califica de “muy preocupante” la situación en Buyumbura, don de algunas personas han sido “brutalmente asesinadas”, y otras han sido “secuestradas, torturadas o encarceladas sin proceso”.
El mensaje fue difundido luego de una reunión de los obispos de Burundi que se celebró la semana pasada en Gitenga, en un momento en que las relaciones entre el gobierno de Burundi y las autoridades eclesiásticas son particularmente tensas. En julio los obispos se habían manifestado contrarios al controvertido tercer mandato del presidente Pierre Nkurunziza, vencedor de las elecciones boicoteadas por la oposición y calificadas de ‘inconstitucionales’ por buena parte de la sociedad civil del país y por la comunidad internacional.
Las tensiones políticas habían llevado a un intento de golpe militar –que fracasó– y a meses de violencia y disturbios fomentados por la oposición. Al respecto, los obispos destacan que “la verdadera seguridad y la paz duradera se logran solo con el diálogo” y “cuanto más posterguemos ese verdadero diálogo inclusivo, tanto más los responsables alejan la llegada de la seguridad para todos”.
La Conferencia Episcopal invita a todos los burundeses a “rechazar el camino del mal, las matanzas y la venganza, la exclusión, el reino de la mentira y el uso de la fuerza para tomar el poder o mantenerlo”.