Una gestión del gobierno “cada vez más desconectada de la realidad y de la ética social” y una “división social cada vez más profunda” fue el diagnóstico negativo de los obispos de Burkina Faso, el cual está contenido en una larga carta pastoral que fue publicada por los medios locales, en un país donde la mayoría de sus habitantes son musulmanes pero en el cual la Iglesia católica es influyente.
El punto de partida, que encabezó las noticias de las últimas semanas de protestas, es la creación de una segunda cámara del parlamento, que ya ha sido criticada por la oposición y la sociedad civil. Ahora, también los obispos se preguntan sobre el futuro Senado: “¿Cuál será el verdadero valor agregado de esta institución para nuestro país y para sus prácticas democráticas?… Las instituciones son legítimas sólo si son de utilidad social”, reza la carta firmada por 16 obispos, los cuales auguran “un mejor aprovechamiento de los recursos financieros limitados” del país del África Occidental. La carta fue escrita durante la sesión plenaria de la Conferencia Episcopal de Burkina-Níger, que se celebró el mes pasado en Uagadugú.
Por otro lado, los obispos denunciaron el hecho de que “la riqueza se concentra en manos de un grupo que se reparte los poderes políticos y financieros”, pero también “la corrupción generalizada” y los excesos del Estado. “La democracia pluralista que deberíamos haber construido se ha transformado en escepticismo, desesperación y hasta enojo, a la luz del hecho de que los cambios políticos no trajeron la esperanza de un futuro mejor”, continúa la carta, en la cual se advierte que Burkina Faso se ha convertido en un “polvorín social que podría hacer una implosión”.
Desde hace algunas semanas, la antigua colonia francesa está siendo escenario de protestas contra la creación del Senado (segunda cámara del parlamento conformada por 89 miembros, de los que 29 son nombrados por el Jefe de Estado), el cual es criticado por sus costos prohibitivos de administración y por ser solamente un “duplicado” de la Asamblea Nacional. Más allá de estas críticas, algunas organizaciones de la sociedad civil y la oposición sospechan que el Senado sólo está destinado a facilitar la revisión del artículo 37 de la Constitución, que establece un límite para el mandato del Jefe del Estado. En teoría, Compaoré ya no podría postularse para las presidenciales del 2015. Sólo una reforma de la Ley Fundamental le permitiría presentarse. En 2011, Burkina Faso fue desestabilizado por una ola de motines militares y protestas sociales, que sacudieron el poder del presidente.
MISNA