Los expatriados de Libia, el día 26 de julio, han sido los primeros en intentar formar un partido político, en Benghazi, sede del generalmente reconocido Consejo Nacional de Transición, y fortaleza de los rebeldes que combaten para echar al líder Muamar Gadafi.
“Nos llamamos el Partido de la Nueva Libia, porque todo ha sido destruido”, dice Ramadan Ben Amer, de 53 años, uno de los cofundadores del partido, que es la rama de una página web que ayudó a lanzar a finales de febrero, para apoyar la revolución.
“Gadafi dice que ha construido Libia ladrillo a ladrillo, especialmente Benghazi, lo que ha hecho ha sido destruirlo ladrillo a ladrillo”, declaró Ben Amer, horas antes de presentar el partido en el hotel Uzu.
Ben Amer dijo que de los 2.000 individuos que hasta el momento se han unido al partido en Libia, la mayoría proviene Benghazi o Derna, la ciudad de la que proviene otro cofundador, Rajad Mabruk, de 65 años, que vive en Dallas, Tejas.
La Nueva Libia, añade, también tiene unos 20.000 seguidores entre los expatriados de Libia que viven en Estados Unidos, Canadá o Alemania.
Un ingeniero petroquímico, educado en California, Amer dice que el partido pone su mirada en una democracia federal, con una clara división constitucional entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, siguiendo el modelo de Estados Unidos.
Cancelación de todas las tasas
Ahora residente de los Emiratos Árabes Unidos, Amer dice que esto ofrece el mejor modelo para el desarrollo en Libia del turismo y para la gestión de la riqueza que genera el petróleo, aunque también dice que tiene muchas esperanzas en lo referente a la energía solar en el país del norte de África, que disfruta de casi 365 días de sol al año.
“La reforma y el desarrollo de los sectores de petróleo y energías alternativas”, es el primer asunto de la agenda del partido, seguido de la sanidad y la seguridad social.
El Partido de la Nueva Libia aspira a la cancelación de todas las tasas, comenzando por los impuestos por ingresos personales.
Su plataforma, como destaca su folleto satinado, promueve la igualdad de derechos, la participación de las mujeres y la juventud en la sociedad, así como la protección de las minorías, mientras que limita el rol de las tribus, ya que estas son “entidades sociales” que “no deberían ser tratadas como organismos políticos”.
Amer añade que Libia debería aspirar a ser un estado musulmán pero secular, donde la relación de un individuo con Dios sea tratada como un asunto privado, más que público.
Su grupo es el primero en declararse como una partido (hezb, en árabe) y se aventura a pensar que tal vez otros puedan ser más cautos a la hora de usar el término hezb, para evitar ser relacionados con Hezbollah, de Líbano, que muchos estados occidentales, incluidos los Estados Unidos, consideran una organización terrorista.
“Hay organizaciones de caridad, asociaciones y clubs que tienen las semillas de partidos políticos, pero ninguno se ha declarado a sí mismo como partido utilizando esta palabra que significa partido en árabe”, afirma.
Un portavoz para los medios del Consejo Nacional de Transición ha dicho que “nunca ha oído hablar del partido de Amer, y añadió que espera que surjan más declaraciones similares pronto, aunque advirtió que no todas las declaraciones de este tipo “tendrán significado”.
Declaraciones
“Este es el primer partido político que se declara”, afirma Abeir Imneina, una científica política de Benghazi, que todavía está considerando a cuál de los muchos grupos que se plantean firmar un partido político se va a unir ella, después de la eventual caída del poder de Gadafi.
Es probable que una serie de comités de trabajo que han surgido alrededor del Consejo Nacional de Transición se declaren a sí mismos como partidos políticos en un futuro próximo, muchos celebran reuniones para establecer objetivos y reclutar a miembros, explica la científica. “Las declaraciones son el primer paso que te ayuda a ser conocido, pero no el último, ya que todavía no hay leyes que gobiernen los partidos políticos, así que ningún partido puede ser oficial todavía”.
No hay elecciones previstas en Benghazi, actualmente administrada por el Consejo Nacional de Transición de la oposición, que está actuando como gobierno de facto, y es reconocido por docenas de países, como legítimo representante de los libios.
Una manifestación celebrada el pasado día 26 de julio pedía que el consejo se quedase en el poder hasta que Gadafi sea expulsado y se adopte una nueva constitución, que aglutine a los seguidores de unas 200 banderas patriotas, que detienen el tráfico en los grandes cruces de carreteras.
(News 24, 27-07-11)