Detener las injerencias extranjeras en la República Centroafricana. Es lo que reclaman los miembros de la Plataforma de Confesiones Religiosas de Centroáfrica en un memorando sobre la crisis que sufren distintas zonas del país y la misma capital, Bangui, sacudida por una violencia que causa continuas víctimas y provoca la destrucción de bienes materiales. Recordemos que entre las víctimas hay un cura católico, Albert Toungoumala Baba, que murió el 1 de mayo, junto a unos 20 fieles, en el asalto a la parroquia de Notre Dame de Fátima, cerca del barrio PK5 de Bangui.
“La crisis de Centroáfrica tiene su origen no solo en el mal gobierno, la corrupción, el clientelismo, la exclusión, el regionalismo, el rechazo de la alternancia política, la pobreza, la mala redistribución de la riqueza, las instituciones débiles, la crisis del liderazgo, la impunidad y la inseguridad; -todos males denunciados reiteradamente-, sino también en la intención de algunos países vecinos, que desean ocupar nuestro país usando grupos armados dirigidos y financiados por ellos con el fin de controlar los recursos de República Centroafricana”, asegura el documento, firmado por el cardenal Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, en representación de los católicos.
“Algunos compatriotas, movidos por la búsqueda del dinero fácil y la conquista del poder por medios no democráticos, se han aliado con mercenarios extranjeros, principalmente de Chad y de Sudán, para desestabilizar el país. Estos compatriotas orquestan la violencia con la complicidad de estos mercenarios que se aprovechan de la falsa disputa entre cristianos y musulmanes como una maniobra de distracción, cuando su verdadero objetivo es hacerse con el poder y con el control de las riquezas naturales de la República Centroafricana, a expensas de sus ciudadanos, que son las víctimas de actos de violencia diarios inenarrables”, indican los líderes religiosos que insisten en que el conflicto tiene origen político y no religioso.
El memorando también denuncia la falta de profesionalidad de algunos contingentes de la Misión Unidimensional Integrada de las Naciones Unidas para la Estabilización en la República Centroafricana (MINUSCA por sus siglas en inglés), a los que acusa de proporcionar armas y munición a algunos grupos rebeldes. Los líderes religiosos dan algunas recomendaciones para superar la crisis, incluyendo la invitación a los jóvenes a no ceder ante la manipulación étnica y religiosa que les empuja a alistarse en grupos armados que siembran la inestabilidad en el país.
L. M.
Fuente: Agencia Fides
[Fundación Sur]
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