Karenzi Karake, el jefe de los servicios de inteligencia de Ruanda, detenido en Londres el 20 de junio a petición de la Justicia Española, podrá permanecer en libertad bajo fianza de un millón de libras.
Su arresto, al que Paul Kagame, presidente de Ruanda, según la BBC, denomina «un acto colonizador de desprecio y arrogancia», se debe a la inculpación del general del Frente Patriótico Ruandés (FPR) por crímenes cometidos en Kigali entre 1994 y 1995, así como en el resto del país, operaciones terroristas, genocidio y el asesinato, entre 1994 y 2000, de nueve españoles, seis religiosos y tres trabajadores humanitarios de Médicos del Mundo.
La defensa, encabezada por el abogado Mark Summers, en cuyo equipo de letrados se encuentra Cherie Blair, esposa de Tony Blair, ex primer ministro inglés, conocido por la buena relación con el régimen ruandés, se comprometió a facilitar una vivienda en la capital británica para Karake y a asegurar su permanencia en el Reino Unido hasta que se dicte sentencia sobre su extradición. Según minformó 20 minutos, Summers añadió que Karake «es un alto cargo de un gobierno democrático respetado por la comunidad internacional».
Las buenas relaciones políticas y laborales entre el ex primer ministro y el presidente ruandés comenzaron en el 2000, al comienzo de la presidencia de Kagame. Ruanda se convirtió en el centro de interés de Blair, donde comenzó su proyecto de iniciativa de Gobierno en África (IGA), que incluía posicionar funcionarios contratados por Blair en instituciones ruandesas, como la unidad presidencial y la oficina de primer ministro. No es sorprendente entonces que Blair describa a Paul como un gran líder ´visionario´ y un buen amigo.
De todas maneras, como ya informaron varios medios en 2010, esta amistosa relación se encuentra bajo el escrutinio de Naciones Unidas, que acusan a las fuerzas de Kagame de cometer crímenes de guerra y posiblemente genocidio en La República Democrática del Congo. También acusan el alarmante poder autoritario del presidente, que ganó las elecciones de 2010 tras la prohibición a la oposición de desafiar a Kagame.
Claudia Velilla Zuloaga