Los funcionarios de la Unión Europea están manteniendo conversaciones clave para reformar la Política Agraria Común (PAC) – el mayor gasto del presupuesto de la UE, según informó la BBC, el día 26 de junio.
Los ministros alcanzaron una posición común el día 25 de junio para negociar, y ahora están discutiendo las reformas con los eurodiputados y la Comisión Europea.
Hay llamamientos a cortar los subsidios a las grandes explotaciones intensivas, para que los pequeños agricultores puedan conseguir más.
Existe también temor a que los incentivos para la protección de la vida salvaje pudieran ser disueltos.
La PAC y los pagos para el desarrollo de la actividad agraria representan cerca de un 40 por ciento del presupuesto a largo plazo de la UE. El plan es gastar aproximadamente 50.000 millones de euros (42.000 millones de libras; 65.000 millones de dólares) al año en agricultura durante el período 2014-2020.
El jefe negociador de los gobiernos de la UE, el ministro de Agricultura de la República de Irlanda, Simon Coveney, alertó que “existen algunos temas difíciles de resolver”.
El corresponsal de la BBC, Chris Morris, dice que bajo el plan propuesto, las grandes explotaciones podrían perder hasta un 30 por ciento de sus subsidios
Cada explotación recibiría al menos un 60 por ciento de la media nacional o regional de subsidios por hectárea, lo que se traduce en un mayor apoyo a las pequeñas y medianas explotaciones.
Quedan algunos serios puntos de fricción en las negociaciones, tales como el plan de eliminación gradual de las cuotas del azúcar- cuotas que mantienen artificialmente alto el precio del azúcar en la UE- y el propósito de limitar los subsidios en 300.000 euros al año por explotación.
La definición de “agricultor activo” también ha sido objeto de discusión. El actual sistema de pagos está desde hace mucho tiempo basado sobre la extensión de tierra y los últimos niveles de subsidio, lo que significa que los dueños de terrenos como aeropuertos o clubes deportivos, que no cultivan nada, han estado obteniendo subsidios sobre la base de sus dehesas o de otros terrenos subvencionables.
Si Europa deja de subsidiar sus productos agrícolas, esto beneficiaría especialmente a los pequeños agricultores locales africanos, puesto que los productos subvencionados europeos (leche, trigo, maíz, etc) inundan los mercados africanos con precios mucho más bajos que los productos locales, algo que se pueden permitir gracias a la subvención de sus estados y a los acuerdos de comercio con los estados africanos para comerciar sin aranceles, arruinando las pequeñas producciones locales, que no pueden competir en precio.
(Punch, Nigeria / Otras fuentes, 27-06-13)
Traducido para Fundación Sur por Miguel Obregón Tomé.