Un pueblo del sur de la región Keniata de Turkana ha informado sobre una extraordinaria cosecha, a pesar de los informes sobre los estragos de la sequía en la misma región. En Kainuk, en el pueblo de Loyapat, una agricultora llamada Ruth Ngilimo, dice que está contenta porque sus vegetales ya están listos para ser cosechados. Ngilimo dice que ha estado regando su campo con agua del río Turkwell, “Riego mis plantas, incluso el maíz, utilizando cubos”, explica. “Varios de nosotros, agricultores de Loyapat ahora cultivamos alimentos para nuestras familias y vendemos el excedente en el mercado” añade. Ngilomo dice que ella ha tenido una cosecha excelente porque trabaja duro en su tierra y no depende de la ayuda alimentaria.
Aparte de coles, Ngilimo y otros agricultores en la zona cultivan tomates, espinacas, calabazas, judías y maíz, sin ninguna ayuda del gobierno para regar sus campos.
Pero a 15 kilómetros de Loyapat, Kaler Uyereng y su mujer, Achuka Kaler, han estado esperando ayuda alimentaria y sufren malnutrición, debido a la hambruna que ha afectado a la parte norte del país, durante meses. Apenas tienen nada para comer, al lado de ellos hay un bol con frutos del bosque. “Hemos estado sin alimentos alrededor de tres semanas y el gobierno no ha venido a ayudarnos”, afirma Kaler.
Esta disparidad entre las dos zonas es explicada por Raphael Lokol, el coordinador de Construcción de la Paz en el distrito del Rift Norte, NCCK, “las comunidades han adoptado la agricultura y se han asentado para cultivar los campos, después de que la paz ha prevalecido entre los pokot en el sur y los turkanas en el norte, y esto es un claro testimonio de que Turkana puede sobrevivir muy bien sin ayuda, si la paz prevalece.
Lokol dice que Kalapata, donde vive Kaler Ureyeng, es una zona hostil, esto significa que Kaler y su familia no pueden establecerse pacíficamente para dedicarse a la agricultura, “necesitamos paz en toda Turkana”, añadió.
(The Star, Kenia, 01-09-11)