Durante su Asamblea General celebrada a principios de la semana pasada en Addis Abeba, en Etiopía, la Unión Africana, UA, ha adoptado el despliegue de una fuerza internacional neutra entre la frontera de la República Democrática del Congo y Ruanda. Dicha fuerza estará integrada en el seno de la misión de la ONU para la estabilización de Congo, MONUSCO, ya instalada en el este del territorio congoleño, preso de la rebelión del movimiento M23.

Aparentemente, la misión de la ONU en la RDC no se muestra verdaderamente entusiasta con la decisión tomada por la organización panafricana. En todo caso, todavía no se ha pronunciado al respecto. El portavoz de la misión de la ONU, Madnodje Mounoubai, ha sido un poco más claro al respecto, al declarar, el día 9 de enero, que “el Consejo de Seguridad de la ONU no ha dado mandato a la MONUSCO de supervisar una fuerza internacional neutra”.

El portavoz de la MONUSCO, sin ser categórico en sus palabras, hace perdurar el suspense. Madnodje Mounoubai ha dado a entender que, la opinión pública nacional no se preguntó si la MONUSCO intervendría en esta fuerza internacional neutra hasta que no se anunció la visita que había iniciado unos días antes el consejero del Secretario General de Naciones Unidas en materia de Seguridad, Babacar Gaye, por algunos países africanos, que terminará en otro país que no sea la RDC.

Según la comprensión de la UA, la fuerza internacional neutra que se desplegará en la frontera común entre la RDC y Ruanda, puesta bajo el mando de Tanzania, estará integrada en el seno de la MONUSCO, pero con autonomía operacional.

La misión asignada a esta fuerza consiste en combatir particularmente a los rebeldes del M23, que se benefician del apoyo de Ruanda y de Uganda, a las Fuerzas de Liberación de Ruanda y otros grupos armados que operan en la provincia del Kivu Norte.

El secretario ejecutivo a cargo de la seguridad y la protección de la Unión Africana, Ramtan Lamanra, que estuvo recientemente en Kinshasa, dijo que el despliegue de esta fuerza tendrá lugar en los próximos días. “Esta misión refleja la voluntad del continente de aportar una solución africana a un problema africano, para poner fin a la crisis que se vive en el Kivu Norte”, afirmó.

Sobre los disparos que el M23 lanzó contra los helicópteros, “Los ataques contra los helicópteros de la MONUSCO constituyen un crimen de guerra, sus autores no deben quedar impunes”, declaró el señor Mounoubai.

Dovin Ntelolo Diasonga

(L’Observateur, RDC, 10-01-13)