La República Democrática del Congo (RDC), a pesar de la enorme riqueza de su subsuelo sigue siendo uno de los países más pobres de África. Esto es lo que se desprende del último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que pide al gobierno congoleño diversificar su economía para crear más puestos de trabajo.
Ocho de cada diez congoleño todavía viven con menos de 1,25 dólares al día, extrema pobreza, mucho menos que la mayoría de los países de la región. Sin embargo, según el FMI, el país ha tenido un crecimiento de un 9% respecto al año pasado. Esta paradoja se debe, según la institución, a la poca diversificación de la economía del país.
Para el FMI, el crecimiento en el Congo se basa principalmente en el sector minero, en particular, en el cobalto, el cobre y los diamantes. Un segmento que produce dinero, pero muy pocos puestos de trabajo. En consecuencia, el desempleo sigue siendo muy elevado, especialmente entre los jóvenes. A esto se suma la corrupción y los grupos armados en el Este del Congo, unas perturbaciones que impiden la redistribución adecuada de esta riqueza.
Otro problema que afecta a la economía, según el FMI, es «la incertidumbre sobre la fecha de las próximas elecciones presidenciales en 2016» y el «clima de negocios» muy incierto, que no alienta la inversión privada en la RDC.
Por otra parte, el FMI señala que se ha avanzado en otras áreas tales como el acceso a la educación y la salud, pero «no es suficiente para alcanzar los Objetivos de Desarrollo“.
P. Amah
Afriquinfos
[Fundación Sur]