La República Centroafricana (RCA) podría, regresar al mercado de exportación de diamantes durante la presidencia de Angola en el llamado Proceso Kimberley, afirmó aquí una autoridad continental del recurso, citada hoy por la prensa local.
Tras dos visitas de revisión realizadas en la RCA, el informe indica que las sanciones podrán ser levantadas en ese país y estará en condiciones de vender sus gemas, aseguró el secretario ejecutivo de Asociación de Países Africanos Productores de Diamantes (ADPA), Edgar Diogo de Carvalho.
En el ámbito de la reunión de intercesión del Proceso, que transcurre hasta mañana en Luanda, Diogo de Carvalho argumentó que el trabajo realizado en la RCA por el Comité de Peritos de Diamantes posibilitó localizar zonas verdes productoras.
Lo anterior revela, agregó, que los diamantes que salen de esas áreas pueden comercializarse, al estar fuera de los territorios focos de guerra.
«Como se hizo en Zimbabwe, vamos a llevar esta situación a nivel de ministros para que se constate y elaborar un documento que pueda ayudar a levantar las sanciones», señaló.
Si depende de la ADPA, apuntó, la RCA puede comenzar a exportar sus diamantes porque tenemos el aval y el informe muestra que el país está cumpliendo con los principios exigidos por el Proceso.
La República Centroafricana enfrenta una prohibición a las exportaciones de diamantes tras la determinación de ese mecanismo de frenar el flujo de las piedras preciosas de sus zonas de conflicto.
De ser ultrapasada tal situación, la RCA y posiblemente Venezuela serán los primeros países en restablecer el Proceso durante la presidencia de Angola, subrayó Diogo de Carvalho.
El coloquio en esta capital tiene como objetivo analizar el balance de las acciones desarrolladas y preparar los temas a discutir en la reunión plenaria, prevista para noviembre aquí.
Angola asumió en enero pasado, en la ciudad china de Guangzhou, la presidencia rotativa del Proceso.
La certificación Kimberley fue creada en el 2002 (entró en vigor un año después) con apoyo de las Naciones Unidas para impedir que el comercio internacional de la piedra preciosa en bruto financie guerras, conocidos por «diamantes de sangre».