El ministro de la Tierra, Alpheus Naruseb, ha expresado su decepción por la lentitud de la implantación de la relocalización de la tierra y ha pedido a la Comisión Asesora para la Reforma Agraria que busque las maneras de acelerar el reasentamiento. Estas maneras podrían incluir el cambio de la ley para priorizar el reasentamiento de los más necesitados, “porque el ritmo al que se está adquiriendo la tierra es demasiado lento”, aseguró Naruseb.
El ministro aseguró que se necesita desesperadamente una reforma de la ley y que la Comisión debe hacer todo lo que sea posible para lograrlo. Es necesario tomar medidas a corto y a medio plazo, para solucionar este problema. Mucha gente lleva esperando una respuesta a su solicitud de tierra más de diez años y a estas alturas su esperanza en lograr una porción de tierra a través del programa de reasentamiento, les parece algo poco probable.
El año pasado el Centro de Asistencia Legal, LAC, declaró que el programa de reforma agraria de Namibia es un juego de suma cero, que apenas intercambia a la gente de una pobreza a otra, con este programa de reasentamiento. El Gobierno de Namibia, como los de sus vecinos de Suráfrica y Zimbabue, ha hecho de su reforma agraria el centro principal de la política, el plan de “reasentamiento del Gobierno ha puesto 800 granjas en mano de negros, en sus 17 años de independencia”, según un informe de la LAC, “Esto supone un 12 % de todas las granjas, o un 1 % al año. A este paso, necesitaremos más de 100 años para completar el proceso”. Además el informe de la LAC identifica como dos problemas en este plan el tamaño de las tierras asignadas y los métodos agrícolas que se utilizan en Namibia.
Naruseb asegura que el proceso de reasentamiento debe ser claro y transparente, hasta el punto de que los funcionarios puedan explicar a los solicitantes rechazados las verdaderas razones de su decisión. Aunque el ministro también lamentó la falta de estrategias para los “casos especiales”, como los antiguos agricultores que vivían en los corredores al lado de la carretera o los beneficiarios en grupo, que desean expandir su productividad.
Namibia heredó una división colonial de la tierra mediante la cual la mitad de la tierra cultivable pertenece a 3.500 agricultores blancos. El tamaño medio de las fincas del norte es de 5.000 hectáreas y de las del sur de 10.000, mientras que un millón de namibios negros viven de pequeñas tierras comunales en las que debe pastar su ganado, mucho más del que la dimensión de la tierra podrá admitir.
Los sindicatos advierten que esta lentitud del proceso podría dar lugar a otro Zimbabue, donde cientos de granjas pertenecientes a blancos, fueron auto asignadas “a estilo libre” por las élites próximas al presidente Mugabe y los veteranos de guerra.
Actualmente hay 200.000 namibios sin tierra que están esperando a que se acepte su solicitud a través del plan de reasentamiento.
(The Namibian, 14-10-08)