La oposición se moviliza en la perspectiva de ganar las elecciones presidenciales de 2011. Desea presentar una alternativa creíble al poder establecido, al que reprocha “corrupción, tribalismo, nepotismo, violaciones constantes de la Constitución y de los derechos humanos, así como inseguridad, mala gestión y mantenimiento de la población en el umbral de la pobreza”.
El interés de la población está en que la oposición se presente organizada y unida y tras la reforma constitucional por la que la elección presidencial se dirimirá en una sola vuelta, sería preciso que la oposición presentara un único candidato. El triunfo de la oposición está condicionado a lograr una cohesión, un programa común de alternancia; esto es, debe evitar acudir a las elecciones en orden disperso. La mayoría de los líderes piensa que “ya ha llegado la hora en que en el conjunto de la oposición, por muy plural que sea, prime el interés general y que las ambiciones de unos y otros encuentren acomodo y consenso en torno a un programa común para garantizar una necesaria alternancia”. Sin embargo, desdichadamente, últimamente se observa una tendencia en los líderes de la oposición a lanzarse en solitario a la carrera electoral.
Por ejemplo, Etienne Tshisekedi, histórico líder de la UDPS, ha afirmado que de cualquier modo él tiene la intención de presentarse a las presidenciales de noviembre de 2011 y varios partidos se han agrupado en la plataforma “Dinámica Tshisekedi Presidente”. “He luchado durante 30 años con mi partido para instalar en el Congo un Estado de derecho. El que no esté de acuerdo con el programa de la UDPS es muy libre de hacer lo que quiera y no está para nada obligado a formar una plataforma con la UDPS, pero estoy preparado para presentarme a las elecciones y para ganarlas”, ha afirmado el 16 de febrero.
Este planteamiento ha suscitado diversas reacciones entre los opositores. Vital Kamerhe, otro candidato, opina que la posición de Tshisekedi constituye una apuesta arriesgada y ha deplorado el discurso del viejo líder juzgándolo como excesivo. A falta de un candidato único, Kamerhe propone la estrategia del “triángulo nuclear”: que Tshisekedi arranque todos los votos del centro del Congo, el MLC las voces del oeste y él, Kamerhe, las del este del país. Los observadores, sin embargo, consideran que esta estrategia significará una dispersión de votos y favorecerá a Kabila, presidente saliente.
El MLC no se ha adherido al llamamiento lanzado por Tshiekedi para que la oposición se agrupe respaldando su candidatura. Según el secretario general adjunto del MLC, Jean Lucien Busa, la oposición debe unirse en torno a un programa común, no entorno a una persona. Otros líderes políticos guardan silencio y muestran con ello su embarazo.
El espectáculo de estos movimientos y estrategias de la oposición es contemplado por los medios adictos a Kabila y a su mayoría con cierto regocijo. Se alegran de que el retorno del líder de la UDPS no haya logrado convertirse en el factor unificador de la oposición. La unidad deberá esperar tiempos mejores. La teoría del “triángulo nuclear” (tres candidatos repartidos en tres zonas geográficas) no haría sino confirmar esta incapacidad de la oposición de consensuar una candidatura única.
(A partir de informaciones de Congo-Actualité, nº 122 y L’Avenir)
Resumen y traducción de Ramón Arozarena.