El fomento de la pesca en zonas áridas de África subsahariana podría ser un aliado crucial para contrarrestar el hambre en las demarcaciones de mayor pobreza y subalimentación crónica, aconsejó hoy la FAO.
Aunque el agua constituye allí un recurso efímero, los peces consiguen sobrevivir y prosperar, lo que significa un potencial aprovechable, sopesó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los especímenes apenas alcanzan un gramo de peso en su madurez dentro de los pequeños cuerpos de agua, pero esos depósitos naturales cubren en su conjunto un área mucho más grande que los lagos y embalses de la región subsahariana, apuntó la pesquisa.
Si se gestionan adecuadamente -estimó el estudio- solo en el África austral estos espacios podrían producir 1,25 millones de toneladas de pescado.
A menudo, el sector pesquero a pequeña escala es desatendido por los responsables de las políticas, e incluso despreciado por su incapacidad para generar riqueza, pero «puede ser muy eficaz como un recurso amortiguador en caso de necesidad», argumentó.
Según el informe, el actual consumo de pescado en las áreas analizadas es superior al inscrito en las cifras oficiales, lo cual subraya el papel de la pesca en la seguridad alimentaria local.
Se trata de la fuente más barata de proteína animal, aminoácidos, grasas y micronutrientes que de otro modo serían muy difíciles de obtener en las tierras áridas subsaharianas, donde el consumo de pescado per cápita registrado es mucho más bajo que el promedio para toda África, de 10 kilogramos al año, precisó la FAO.
De acuerdo con evaluaciones del organismo, la mitad de África subsahariana se compone de zonas áridas, donde el agua superficial fluctúa enormemente y los ecosistemas se adaptan a lluvias impredecibles.
Por ejemplo, los lagos Ngami, en Botswana, y Liambezi, en Namibia estuvieron secos durante más de dos décadas, y en la actualidad poseen un elevado rendimiento pesquero.
«No llega a entenderse del todo cómo sobreviven los peces a estos drásticos cambios en el hábitat: el embalse de Khasm el-Girba , en Sudán, se seca cada año, pero los peces siempre aparecen de nuevo», sostuvo el reporte.
Al decir de la fuente, el potencial productivo de la pesca representa en estos sitios un activo muy importante, pues resulta poco probable que las necesidades alimentarias y nutricionales sean satisfechas mediante el desarrollo agrícola.
Incluso, podrían sacarse más ventajas si se consiguieran instalaciones adecuadas de procesado y almacenamiento, pues el pescado obtenido en un año de bonanza, secado al sol, puede conservarse durante extenso tiempo y servir para enfrentar situaciones de emergencia, recomendó la FAO.