Simone Gbagbo de 66 años y ex primera dama de Costa de Marfil, se enfrenta hoy 31 de mayo, al juicio por crímenes contra la humanidad, pero los grupos que actúan en calidad de demandantes en el caso se han retirado, debido a que consideran que el proceso es defectuoso.
La esposa del ex presidente Laurent Gbagbo ya ha sido condenada a una sentencia de 20 años de cárcel por «atentar contra la autoridad del Estado» por el papel que jugó en los violentos actos posteriores a las elecciones en 2010, que dejaron más de 3.000 muertos.
Acusada de participar en violaciones de los derechos humanos contra los partidarios de Alassane Ouattara, rival de su marido, para mantener a Gbagbo en la presidencia, se enfrenta a acusaciones de crímenes contra prisioneros de guerra, crímenes contra la población civil y contra la humanidad.
Pero ayer lunes los tres grupos de derechos, que representan a cerca de 250 víctimas, dijeron que se negaban a participar en el juicio contra una mujer, conocida como la «Dama de Hierro», debido a las dudas sobre su «credibilidad».
«Nuestros abogados no han tenido acceso a todas las fases del procedimiento. ¿Cómo pueden defender el caso de las víctimas?» declaró el representante de uno de los grupos de la Liga de Derechos Humanos de Costa de Marfil.
Pierre Kouame Adjoumani aseguró que el juicio carecía de «relevancia», añadiendo que Simone Gbagbo «está acusada de crímenes contra la humanidad, algo que sólo podría haber hecho a través de un grupo organizado. ¿Por qué está siendo juzgada sólo ella?
El juicio que está llevándose a cabo en Abiyán, Costa de Marfil, se inicia tan sólo cinco días después de que el Tribunal Supremo rechazara la apelación final de la defensa en contra de la sentencia de 20 años del primer juicio.
Punto de inflexión
Costa de Marfil, el mayor productor de cacao del mundo, sufrió meses de derramamiento de sangre después de que Laurent Gbagbo y sus partidarios se negaron a aceptar la derrota frente a Ouattara en las elecciones de 2010.
La violencia fue finalmente aplacada por una intervención militar internacional en virtud de un mandato de la ONU, dirigida por Francia, y los Gbagbos fueron detenidos en abril de 2011.
Ouattara ganó un segundo período presidencial en octubre en la primera votación pacífica de la nación durante más de una década.
Laurent Gbagbo está siendo juzgado por crímenes contra la humanidad en la Corte Penal Internacional (ICC) de La Haya.
La ICC también ha querido procesar a su esposa y emitió una orden de arresto, pero las autoridades de Costa de Marfil se negaron a entregarla, diciendo que ella se enfrentaría a un juicio justo en “casa”.
La decisión fue vista como un desaire a la ICC, el presidente Ouattara aseguró que «no enviaría ningún marfileño más» a La Haya, insistiendo en que su país tiene un «sistema de justicia plenamente operativo».
Pero los grupos de derechos que se retiraron del proceso el lunes, se quejaron de que la investigación inicial sobre los crímenes de Simone Gbagbo fue realizada con mucha prisa y en su primer juicio no se logró establecer su papel personal en los actos violentos.
La Human Rights Watch también se quejó de que el gobierno de Ouattara todavía tiene que llevar a cabo reformas legales con urgencia, incluyendo un programa de protección de testigos. La asociación pro Derechos Humanos cree que el juicio podría ser un «hecho crucial» para la justicia en Costa de Marfil, un anhelo del país para la estabilidad después de varios años de guerra civil desde 2002 que divide al sur principalmente cristiano y al norte mayoritariamente musulmán.
Sin embargo, para que el juicio sea significativo para las víctimas, debe ser fiable, justo, y seguido por otros juicios a los violadores de los derechos de alto nivel de ambos lados de la crisis de 2010-2011 después de las elecciones.
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Fundación Sur
