El fuerte incremento del precio del petróleo, que llegó a una nueva marca de 128 dólares por barril el viernes, está forzando a cambios de estilo de vida en los Kenianos que afecta tanto a fabricantes, motoristas como consumidores domésticos por el efecto en el coste de la vida.
Desde la degradación ambiental por el uso de más carbón de leña en las cocinas, al apagado de los motores durante los atascos, como al compartir los vehículos en el ir y venir de trabajar, el aumento del precio del petróleo está provocando cambios.
«Ya ha habido cambios voluntarios de estilos de vida, hemos visto una influencia de los coches muy pequeños y económicos en la ciudad y muy pronto veremos el tráfico reducido. Es la conservación voluntaria y la eficacia», dijo George Wachira, gerente general del Instituto de Petróleo de Africa Oriental.
Agregó que la inflación generada por el petróleo afecta ya al coste de otros servicios y bienes, un impacto que repercute en las decisiones que tienen que tomar las fábricas.
«La gente no aumenta el empleo debido a las estructuras de altos coste», afirmó. Moisés Kiambuthi, director ejecutivo de la Asociación de Kenia de Fabricantes.
También se entiende que el gobierno contempla proyectos nacionales para aumentar la eficacia del combustible y la conservación para reducir los residuos, según las conclusiones de un estudio del diario Business Daily, que expuso cómo los Kenianos se enfrentan al aumento de los precios del petróleo.
Durante la semana pasada, el precio de la gasolina se ha incrementado de Sh93 a Sh100 por litro. Algunos conductores dijeron que ellos usaban la marcha neutra con más frecuencia, sobre todo conduciendo cuesta abajo.
“Al utilizar la marcha neutra ayuda a reducir el consumo de combustible. Pero esto solo se puede hacer en una pendiente descendente y no en un atasco”, dijo Washington Wafula, un conductor en la carretera a Kangemi. Wafula hace 13 viajes al día a Nairobi. Antes le costaba el viaje Sh2,500 en gasolina diesel y ahora ha subido a Sh4,000. Es común ahora encontrar a conductores que apagan el motor durante los atascos.
Compartir el coche con vecinos y compañeros de trabajo es otra práctica común. Joseph MWangi, un hombre de negocios y sus cuatro vecinos, se alternan el uso de su coche cada día. “Desde entonces venimos juntos a la ciudad y usamos mejor un solo vehículo para reducir el coste del consumo de combustible”.
Una clara desventaja de compartir el vehículo es el inconveniente que pueda suponer. Otro conductor privado señaló que recogía a los pasajeros que esperaban a la llegada del autobús.
El uso de motocicletas también aumenta. Según la Oficina Nacional de Estadísticas de Kenia se matricularon 1.962 motocicletas en febrero pasado en comparación con 1.740 en enero.
