Kenia ha acusado a Occidente de “chantaje vergonzoso” y burda condescendencia, en concreto a los representantes de Estados Unidos y la Unión Europea, por intentar forzar al director de la comisión electoral a dimitir por las caóticas elecciones presidenciales del año pasado, que dieron paso a meses de violencia en el país, en los que murieron más de 1.300 personas. Los diplomáticos aseguran que el gobierno está exagerando el papel de los embajadores, aunque están de acuerdo en que el director de las elecciones debería marcharse por mala gestión de las votaciones de diciembre de 2007.
La disputa se produce por las recriminaciones por la crisis postelectoral de Kenia y por la impaciencia de los países extranjeros donantes, por que se abra camino a las políticas reformas en la economía más grande del este de África.
Los medios de comunicación locales informan sobre la visita que esta semana han hecho al director de la comisión electoral, Samuel Kivuitu, los embajadores tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea, para pedirle que dimitiese. Incluso, afirman los medios keniatas, Washington ha amenazado con emitir una prohibición de viajar para Kivuitu.
El ministro de Exteriores, Moses Wetangula, ha declarado sentirse escandalizado por la “audaz y descarada infracción del protocolo” de los dos diplomáticos. “Es inaceptable para un embajador acreditado en Kenia, entrar físicamente en la oficina de un responsable de un cargo constitucional y enfrentarse a él directamente con la intención de pedirle su dimisión”, señaló el jefe de Exteriores. “Este tipo de chantaje vergonzoso es un insulto al publico keniata y es del estilo del pensamiento reminiscente del colonialismo”.
Fuentes diplomáticas han asegurado que esa confrontación o amenaza no ha tenido lugar, aunque las naciones occidentales apoyan la recomendación de una encuesta independiente que decía que la comisión debería ser renovada completamente, por el fracaso de la misma en manejar las pasadas elecciones.
(IOL, 03-10-08)
