Los últimos 10 años de informes Frontera Sur realizados por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía describen la evolución de la inmigración irregular en nuestro país y su entorno. El desplazamiento de fronteras hacia el Sur ha tenido como consecuencia que tuviéramos que ampliar nuestra mirada que, poco a poco, se ha extendido desde el estrecho hasta el África subsahariana, pasando por todo el Magreb y sin olvidar el resto de fronteras europeas.
Al mirar atrás sorprende que desde los primeros Frontera Sur que publicamos haya temas recurrentes a los que se hace mención permanente. Entre ellos destaca la visión de una Europa cerrada a cal y canto que violaba dentro y fuera de sus fronteras los derechos de las personas migrantes y que ha reafirmado su estrategia y objetivos. Desafortunadamente constatamos que España ha sido un alumno ejemplar en la puesta en práctica y desarrollo de estas políticas.
La pasada semana 22 personas perdían la vida en las costas de Granada. Esta semana hemos conocido con horror como la OTAN desatendía el deber de socorro dejando abandonados a decenas de personas, muchas de las cuales finalmente perdieron la vida de hambre y sed.
En este contexto, nuestro informe Frontera Sur tiene más relevancia aún, pues nos ayuda a entender la realidad que nos rodea.
La Europa Fortaleza
El capítulo La Europa Fortaleza al desnudo aborda de forma extensa los cambios que se han producido en los flujos migratorios, que hace años transcurrían hacia España y hoy lo hacen de forma importante hacia Grecia e Italia.
La llegada de embarcaciones a las costas europeas vía marítima se redujo de forma considerable durante el año 2010 (descenso de un 65% en Italia, 98% en Malta, 99% en las Islas Canarias, 76% en las islas Griegas). En España, en 2008 llegaron 13.424 personas, cifra que se redujo en 2010 a 3.632.
Ello se debe al impresionante aumento de los recursos de la agencia Frontex, pero también a la externalización de las políticas migratorias y de asilo, que han convertido a países como Libia, Marruecos, Mauritania, Argelia o Túnez en verdaderos gendarmes de fronteras de la UE.
La Unión Europea no ha dudado en usar de forma indecente la ayuda al desarrollo y los acuerdos de cooperación como instrumentos de chantaje y presión para el obligar a países terceros a realizar una gestión “ordenada” de los flujos o, dicho de otra forma, a realizar una fuerte represión sobre inmigrantes en tránsito en sus propias poblaciones. Las consecuencias son gravísimas violaciones de derechos humanos que quedan reflejadas en este informe.
El Frontex
El despliegue del Frontex es un instrumento esencial a nivel europeo para la implementación de la Europa Fortaleza. Su presupuesto se ha multiplicado por 14 en los últimos 5 años mientras que ni los objetivos de esta agencia están claros ni existen organismos de supervisión o evaluación independientes que la fiscalicen. Además, su actuación no tiene que estar inspirada necesariamente por el respeto a los derechos humanos, cosa que la agencia deja en manos de los gobiernos respectivos.
Este panorama se ha resquebrajado totalmente estos primeros meses con las revueltas de los países árabe y con la situación en la frontera terrestre griega, dejando a una UE sin política y sacando a la luz las consecuencias de políticas de ultraderecha de muchos gobiernos europeos como el italiano o el francés.