Agentes de seguridad de Senegal han arrestado a más de un centenar de inmigrantes ilegales en la capital, Dakar, y sus suburbios, en una gran operación llevada a cabo durante el fin de semana.
Las redadas han sido provocadas por el asesinato de un ciudadano nigeriano, supuestamente a manos de tres senegaleses, por un asunto de billetes falsos.
Los billetes falsos comúnmente conocidos como “black money” (o dinero negro en inglés), están generalmente relacionados con los africanos de la zona occidental, de habla anglófona.
Fuentes locales han declarado que la operación se llevaría a cabo hasta que “todos los extranjeros que vivan en Senegal en Situación irregular sean arrestados y deportados”.
Pero los observadores dicen que esto es casi imposible, ya que hay millones de extranjeros de los países vecinos que llevan mucho tiempo viviendo en el país, conocido por su estabilidad, aunque sea de forma ilegal.
Los inmigrantes ilegales normalmente son transportados en tren hacia la región desértica de “tierra de nadie”, en la frontera con Mali, y puesto en libertad allí.
Muchos, incluidas prostitutas se van a otros países de la región, pero otros vuelven a Dakar, porque consideran esta capital más próspera.
Un importante número de estos inmigrantes son refugiados que huyeron de las guerras civiles de Liberia, Sierra Leona, en los años 80.
La actual operación antiinmigración ha sido la más grande puesta en marcha en el país hasta la fecha.
Dakar tiene aproximadamente 5 millones de habitantes, de los cuales se calcula que un 25 % están en situación irregular.
La mayoría de ellos están metidos en negocios informales, pero otros se han convertido en comerciantes de importación y exportación de bienes de consumo y textiles.
Según otras investigaciones, sus negocios son responsables de un tercio del producto interior bruto de Senegal.
TAMBA JEAN-MATTHEW
(Africa Review, Kenia, 20-06-12)