Más que el retorno de la paz y el fin de la pobreza en Malí, el presidente de la república, Ibrahim Boubacar Keita (IBK), promete a los jóvenes de Malí hacer la vida tan agradable en el país que van a dejar de querer ir, a veces incluso arriesgando sus vidas, a las tierras occidentales en busca de una vida mejor.
Malí es uno de los países africanos con poblaciones de inmigrantes significativas en Occidente. Estas salidas en busca de El Dorado se imponen sobre todo por las limitaciones locales. Aquí, la pobreza y la falta de perspectivas planean sobre el país.
Sin embargo, este fenómeno, que afecta a casi todos los países en desarrollo, es actualmente un dolor de cabeza para la Unión Europea, que busca por todos los medios detener la ola de seres humanos que piden el acceso a una vida digna para ellos y sus familias.
Por esa parte, IBK aseguró ayer en las noticias de tv. de la ORTM, que no es cuestión de crear centros de detención para los malienses “cuyo único crimen ha sido el haber querido ir a buscar algo de felicidad fuera».
Sin embargo, el presidente aseguró que «haría todo lo posible para reducir al máximo el volumen de salidas, si no detenerlo.»
¿Cómo?
Asegurarse de que «los jóvenes malienses dicen que es bueno quedarse en Malí»
IBK es consciente de que los maliense forzados a migrar «no son delincuentes». Dejan la familia y los amigos para intentar una peligrosa aventura por una sencilla razón: una vida mejor.
Las cifras que datan de 2012 cifran en 431 millones de francios CFA, la cantidad que los malienses transfirieron a su país de origen. Difícil poder pasar sin esta contribución a la economía del país.
Pero la migración también presenta riesgos. Los últimos dramas vividos en el Mediterráneo han sido particularmente mortales para los jóvenes malienses que soñaba con alcanzar las costas europeas.
Estas realidades ponen a Malí y a toda África ante un serio dilema: ¿cómo detener un fenómeno peligroso, pero que alimenta a sus hombres?
Para IBK, es simplemente «garantizarles que dentro del país la situación ha mejorado» para que no sigan arriesgando sus vidas para ir a Europa”
«Mejorar tanto que los jóvenes malienses puedan pensar: no puedo tener nada en el extranjero, no tengo nada que hacer allí. Yo me quedo a vivir aquí, en mi casa. Si salgo, sólo será como turista», declaraba IBK ayer a los micrófonos de la ORTM.
«Es nuestra responsabilidad», admitió el jefe de Estado que promete, lo que podría llamarse, la felicidad absoluta para los jóvenes de Malí. Asegura que los proyectos creadores de empleo surgirán. Proyectos tan cualitativos que quitarán las ganas a los jóvenes de tomar el camino del éxodo.
maliactu.net
Fundación Sur