Decenas de miles de personas, entre ellas el presidente de la transición, Michel Kafando, y su primer ministro, el teniente coronel Zida, se reunieron el martes para rendir homenaje a los «mártires de la revolución» del expresidente Blaise Compaoré.
Jornada llena de símbolos, el martes 2 de diciembre se reunieron, bajo un sol de justicia, decenas de miles de personas en Ouagadougou, para celebrar la «revolución» que echó del poder a Blaise Compaoré y honrar a sus «mártires»,
Por la mañana, seis ataúdes cubiertos con la bandera roja, verde y amarilla salieron de la morgue del hospital de la capital de Burkina Faso y fueron transportados en un tanque del ejército a la Plaza de la Nación, rebautizada hoy como Plaza de la Revolución, al igual que en los días del capitán Thomas Sankara, presidente desde 1983 hasta 1987.
Kafando y Zida se inclinaron ante los seis cuerpos, mientras se oían los sollozos de los familiares de las víctimas. Como para sellar la unidad nacional, las miles de personas presentes en el acto, se cogieron de la mano, en silencio, durante cinco minutos.
«Ellos dieron sus vidas por la nación. Murieron por la justicia y el bien. Son la antorcha de nuestra lucha», dijo el capellán, Paul Dakissaga. Posteriormente la procesión se dirigió hacia el cementerio militar de Goughin, al oeste de la capital, donde las 6 víctimas fueron enterradas. Existe un séptimo cadáver aún no identificado.
El Presidente Kafando ya ha elevado a los «mártires» de la sublevación a «héroes nacionales». También se les dedicará un monumento y un día nacional.
En total, según una encuesta oficial, 24 personas murieron durante las manifestaciones del 30 y 31 de octubre que llevaron al presidente Compaoré a abandonar el poder. Las otras víctimas que murieron durante la revuelta han sido enterradas por sus padres, mayoritariamente en el cementerio Goughin.
Varias organizaciones de la sociedad civil exigen que se esclarezcan las causas de las muertes de los manifestantes y que se inicien los procedimientos legales contra Blaise Compaoré y sus dignatarios.
Victor Pouahoulabou, en nombre de todas las familias con víctimas, declaró: «Nuestros hijos, hermanos y padres murieron bajo las balas asesinas de Blaise Compaoré cuyas manos están manchadas con la sangre de Burkina Faso desde hace 30 años, tiene que responder ante la justicia».
[Fuente: jeuneafrique.com-Fundación Sur]