El estallido que se produjo esta mañana delante de la embajada francesa en Trípoli ha causado heridas a por lo menos dos personas. Lo informan fuentes diplomáticas, según las cuales la explosión destrozó parte de la recepción y causó serios daños al muro perimetral de la sede diplomática.
El gobierno de París ya anunció que participará de una investigación junto a las autoridades líbicas sobre lo que el ministro de Relaciones Exteriores parisino Laurent Fabius calificó de “hecho odioso”.
Según las primeras reconstrucciones, la explosión fue causada por un coche bomba y se produjo en una calle lateral del barrio residencial de Gargaresh, causando daños también a otros edificios y a dos vehículos estacionados en las inmediaciones.
El ministro de Relaciones Exteriores libio, Mohammed Abdel Aziz, también condenó el atentado calificándolo de “un auténtico acto terrorista contra un país amigo, que apoyó a Libia durante la revolución del 2011 que llevó a la caída del régimen de Muammar Gaddafi”.
No es la primera vez que las misiones diplomáticas son blancos de atentados en un país que busca afanosamente la estabilidad después de los hechos del 2011. En el 2012 un ataque de hombres armados en Bengasi causó la muerte del embajador estadounidense Christopher Stevens y de varios guardaespaldas.
En las últimas semanas el gobierno de Libia hizo varios llamados a la comunidad internacional y a los países aliados para que le ayuden a restablecer la estabilidad en el país, que desde la revolución sufre las correrías de milicias que controlan enteros sectores del territorio, en algunos casos ocupando incluso el lugar de las fuerzas del orden.
MISNA 23 Abril 2013