La secretaria de Asuntos Exteriores y Comercio Internacional de Zimbabue, Rofina Chikava, mantuvo una reunión la semana pasada con el asesor de la Oficina de Coordinación de Sanciones del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brad-Brooks Rubin, junto con Elaine French, jefa de misión, y otros diplomáticos estadounidenses. La reunión, dadas las sanciones que Estados unidos ha impuesto sobre Zimbabue, versó sobre la compatibilidad de éstas con las relaciones bilaterales entre los dos Estados.
Tras la reunión, Pearson Chigiji, director de Asuntos Políticos del Ministerio, declaró ante la prensa que el mantenimiento de las sanciones contra Zimbabue por parte de Estados Unidos suponía el principal obstáculo en la normalización de las relaciones bilaterales. Durante el encuentro se hizo hincapié en la revisión de las sanciones y sus objetivos. Actualmente hay 11 individuos y 3 entidades sancionadas en el país. Entre esos individuos, se encuentran varios líderes nacionales, situación que el gobierno de Zimbabue considera innecesaria, suponiendo un riesgo tanto para el propio país y el gobierno como para las relaciones bilaterales entre los dos países.
Las sanciones actuales contra Zimbabue por parte del gobierno de Joe Biden datan del 4 de marzo, tienen su punto de mira en el presidente del país, Emmerson Dambudzo Mnangagwa, la primera dama, Auxilia Mnangagwa, el vicepresidente, Constantino Chiwenga, y otros ministros y entidades comerciales. Las sanciones actuales se sitúan bajo la Ley Magnitsky, un programa de sanciones que actúa contra el abuso de Derechos Humanos y la corrupción política. Desde Estados Unidos declaran que las sanciones a individuos y entidades no representan sanciones contra Zimbabue o su ciudadanía; pero desde el Gobierno de Mnangagwa se niegan a considerar unas relaciones internacionales plenas mientras sus dirigentes continúen sancionados.
Autor: Gibson Nyikadzino
Fuente: The Herald
[Traducción y edición, Gonzalo Querol]
[CIDAF-UCM]
