“Desde hace una semana, la situación es decididamente más calma y la vida está recuperando gradualmente su curso. Los mercados y actividades comerciales funcionan a pleno régimen. En varias escuelas los niños han vuelto a estudiar y los funcionarios están activos en algunas administraciones. Ayer los estudiantes se manifestaron para pedir el pago de dos meses de becas”. Fuentes de la Conferencia Episcopal de la República Centroafricana, contactadas por la MISNA, narran el lento retorno a la normalidad de la sufrida capital del país. En las calles de Bangui patrullan, pero sólo durante el día, las tropas africanas de la MISCA, los militares franceses de la operación Sangráis, junto a gendarmes y policías centroafricanos, en total 750 efectivos. El barrio del Kilómetro 5 sigue siendo foco de tensiones y escenario de inestabilidad. Allí un número no precisado de musulmanes se encuentran atrincherados en una mezquita y aún deben ser desarmados.
“De noche, en cambio, para proteger a los residentes de los bandidos, saqueadores y de hombres armados que se presentan como Anti-Balaka (milicias de autodefensa, mayormente cristianas, ndr.) se han dispuesto patrullas de jóvenes”, agrega el interlocutor de la MISNA, precisando que fueron convocados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). “Estos jóvenes, no armados, encargados de la seguridad, responden a los jefes barriales y jefes de grupo. Son recompensados con comida y pequeñas sumas de dinero. En caso de urgencia deben llamar a números de teléfono que entraron en servicio hace poco para pedir una intervención de las fuerzas del orden regulares”, dice la fuente de la Conferencia Episcopal.
“En este momento, el desafío más urgente en el marco de la seguridad y de la protección de la población se centra en las localidades más lejanas de la capital, en particular en el este, en el norte y el oeste, donde la presencia de tropas y policías sigue siendo insuficiente”, concluye el interlocutor de la MISNA. Pocos días atrás los soldados franceses llegaron a la ciudad de Kaga-Bandoro (en el norte), donde se refugiaron los ex-rebeldes de la Seleka que huyeron de Bangui en diciembre pasado.
También se están produciendo pequeños avances en el plano institucional. Desde hoy el Consejo Nacional de Transición (CNT, Parlamento) comenzó a trabajar sobre la nueva Constitución. La anterior ley fundamental fue suspendida por el golpe militar del 24 de marzo del 2013 liderado por el jefe rebelde Michel Djotodia, alejado del poder dos meses atrás. En teoría, el presidente del parlamento Alexandre Ferdinand Nguendet se comprometió a presentar el primer proyecto de Constitución en un plazo de tres meses. “Habrá una amplia consultación a nivel nacional e internacional para llegar a un texto consensuado, que luego será sometido a referéndum popular”, dijo Nguendet. Para febrero del 2015 deberían celebrarse elecciones generales, que podrán fin a la transición política.
En el marco de la justicia, se están llevando a cabo las primeras verificaciones por parte de los expertos de la Comisión encargada por las Naciones Unidas de esclarecer las violaciones de los derechos humanos cometidos en el país. El Tribunal Penal Internacional (TPI) comenzó a “recoger informaciones y analizar la situación con cautela antes de decidir si abrir o no un proceso formal”, precisó la fisal general del TPI, Fatou Bensouda.
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