Numerosos y probados abusos sexuales han sido perpetrados por los cascos azules marroquíes, movilizados en el marco de la Operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil. Esta es la confirmación de la ONU después de la investigación llevada a cabo el pasado mes de julio. Se ha dado la orden de suspender toda actividad del contingente marroquí y los soldados están confinados en su base, en Bouaké.
Drissa Traoré, Presidente del Movimiento Marfileño de Derechos Humanos se lamenta de que “las tropas venidas de fuera a Costa de Marfil para impedir precisamente los actos atentatorios contra la dignidad humana, son los mismos que cometen dichos actos”. Estos soldados están muy bien pagados para un país con un nivel de vida muy bajo, según los activistas de Derechos humanos que denunciaron los hechos, y esa solvencia económica es la que les ha permitido cometer sus abusos. Los activistas piden a la ONU que preste más atención a la “moralidad” de los contingentes que envía a los países pobres.
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El 20 de julio de 2005, la ONU adoptó una política de tolerancia cero con la explotación y los abusos sexuales, pero no puede utilizar otro medio de coerción más que el reenvío de los soldados a sus países de origen, donde, supuestamente son los Gobiernos de los Estados miembros los que deben tomar las medidas oportunas. Tras el de Bangladesh, el contingente marroquí es el más numeroso en Costa de Marfil, con 700 hombres.
(Le Journal, Marruecos, 21-01-08)