Hablamos con el artista veterano de Costa de Marfil sobre sus nuevas obras de arte.
Ernest Dükü camina suavemente hacia el patio de la Somerset House de Londres. Con el cabello canoso, un traje negro y una bufanda, se le podría confundir con un visitante de la Feria 1-54 de Arte Africano Contemporáneo. Pero Dükü es un aclamado artista de Costa de Marfil, y está aquí para presentar por primera vez en el Reino Unido sus nuevas obras tituladas «Black Series».
La Feria 1-54 de Arte Africano Contemporáneo es la exposición individual más grande de obras de artistas africanos del continente y de su diáspora en el Reino Unido. Para esta quinta edición, 130 artistas y 42 galerías ocuparán las tres salas del Somerset House, en el centro de Londres, que atraerán a más de 17 000 visitantes. Las obras de Dükü han sido seleccionadas para muchas exposiciones en Francia y Costa de Marfil, pero han recibido menos demanda en Estados Unidos o el Reino Unido. Se planea una gran exposición de sus obras en Abidjan en 2018.
Nacido en 1958 en Costa de Marfil, Dükü asistió a la Escuela de Bellas Artes de Abidjan a finales de la década de 1970 antes de mudarse a Francia para estudiar arquitectura, estética y ciencias del arte. Ahora divide su tiempo y práctica entre ambos países, aunque su trabajo es conocido por trascender mucho más allá de las fronteras geográficas actuales y del tiempo.
Las obras de Dükü son muy variadas, yendo de la instalación, a la escultura o la pintura, las cuales describe como «pinturas esculpidas». Cuando era un joven estudiante en la Escuela de Bellas Artes de Abidján, rechazó las dos dimensiones del lienzo y comenzó a «enfocarse en la decoración mural para extraer una técnica que le permitiese sentir la pintura».
Esta nueva técnica era necesaria para acomodar su interés por los pesos dorados de Akan, sus signos y símbolos. Su interés más tarde se expandió para incluir las herencias ideográficas de los amháricos etíopes, los jeroglíficos egipcios, los Nsibidi de Nigeria, las pinturas rupestres de los malienses Dogon y de Tassili diseminadas por partes de Argelia, Libia, Níger y Mali.
Entre los viejos maestros cuyas obras han sido tan influyentes estan Christian Lattier, el gran escultor marfileño que adoptó las técnicas tradicionales de tejido para crear obras muy distintas utilizando piedra, madera y alambres, el más famoso de los cuales es «El ladrón de pollos o La victoria de la Samotracia» (1962); y Bruly Bouabre (más tarde conocido como Cheik Nadro) que inventó aproximadamente 450 pictogramas que usó para traducir las tradiciones orales de los pueblos Bete de Costa de Marfil a la escritura en la década de 1950.
La «White Series» de Dükü exploró la historia del continente africano principalmente a través de la cualidad física de los signos y símbolos y sus naturalezas esenciales que, a su vez, lo condujeron a la espiritualidad contenida en ellos. Este movimiento hacia lo espiritual marcó una nueva progresión en su trabajo que tiene como tema la «Black Series».
Nuestra entrevista tuvo lugar en la sección (S) itor de la exposición que exhibió tres de las nuevas obras de Dükü, así como obras del escultor Ndary Lo y el fotógrafo Oumar Ly, ambos senegaleses bien considerados dentro del mundo del arte.
¿Están limitadas las progresiones en tu trabajo como artista o también marcan cambios en tu propia vida personal, y si es así, hasta qué punto? «Los dos están vinculados», comenta Dükü. «Hay una práctica artística que cuestiona el caos religioso y, al mismo tiempo, hay un viaje personal que permite comprender este caos religioso».
En la «Black Series», hay un ambiente sobrio y contemplativo que se establece mediante el papel de tono negro que contrasta con el trabajo de hilo principalmente blanco en formas y figuras que son difíciles de identificar como una sola cosa.
Tres de las nuevas pinturas esculpidas se exhibieron en la Somerset House, una al lado de la otra. Al mirarlas, las formas blancas sobre una superficie negro azabache daban inicialmente la impresión de ser objetos reales, como es el caso de FA.LUX.OR Komian Amaatawalé shuffle (2016) que parece una gran bola desordenada de lana blanca con un cable que sobresale.
El revoltijo de rasgos antropomórficos, pequeños dibujos y sombreados en tiza blanca, grafemas, puntos de colores más vivos en verde, púrpura y rojo, hebras anudadas que sobresalen de la masa principal crean una constelación que aturde la mente y que requerirá que el espectador espere y reflexione acerca de los elementos constitutivos para descifrarlos o simplemente apreciarlos con detalle.
No surgen significados fáciles, ni del trabajo ni de la mente de uno, debido a lo densas que son las imágenes. He encontrado que es más útil aceptar la derrota y estar abierto a cualquier significado, miserable o profundo, inmediato o tardío, que ofrezca el trabajo. En palabras de Dükü, «creo que este camino hacia lo que llamo ‘Exploración de la Física Cuántica en todo el Universo’ me ha llevado a comprender mejor la tradición Akan. Existen vínculos entre ambos».
Otro ciclo ha surgido en las obras de Dükü, según lo observa su comisario Sitor Senghor y sobrino nieto del exlíder e intelectual senegalés Leopold Senghor, que comenta que ya de joven Dükü decidió centrarse en la pintura y la escultura pues no le gustaba dibujar. Con el tiempo volvió a dibujar, esta vez en papel chino el cual estrujaba antes de dibujar sobre él. «Esto fue una especie de ejercicio que condujo a esta» Black Series «, que es más simple y realmente va a la esencia de su trabajo.»
La decisión de Dükü de utilizar una paleta negra para marcar una nueva transición, habiendo utilizado antes una paleta blanca, podría verse como una imposición fácil o artificial. Pero Dükü no lo ve así, e insiste en que «la densidad de todas las cosas se ve en negro. La realidad de la densidad de todas las cosas es que todas comienzan inicialmente con la ausencia de color. La ausencia de todo color está más cercana del negro».
Continúa, describiendo el color negro como «atómico», pero también puede estar refiriéndose a las imágenes compuestas e inscripciones que componen una pintura esculpida como el FA.LUX.OR Komian Amaatawalé shuffle, y sobre la que comenta: «Cuando uso símbolos. Intento encontrarles un sentido y busco la historia de estos símbolos para traducirlo en mi trabajo, pero creo que con los símbolos viene el recuerdo de la humanidad. Los uso para dar sentido a lo que está ocurriendo actualmente y lo que ha pasado ya.»
La densidad polifónica de la música pigmeo de África Central no podría, podría pensar uno, combinar armoniosamente con la textura homofónica de la música clásica de Occidente. Dükü tiene la peculiar costumbre de escuchar simultáneamente ambas formas mientras trabaja porque «también mezclará varios niveles de escucha. Me ayuda a mejorar la complejidad de mi trabajo. Creo distancia entre las formas musicales y lo que sea que esté haciendo».
Cuando se le preguntó qué había observado sobre las reacciones de los visitantes a la «Black Series» durante la Feria 1-54, Dükü comentó: «Estoy muy contento porque la gente a menudo se sorprende y los que me han seguido ven que he profundizado en mi trabajo y he tomado una nueva dirección. La gente reconoce que he ido más lejos en mi investigación «.
Sabo Kpade
Fuente: Okay Africa
[Traducción, Juan Vacas]
[Fundación Sur]
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