La opositora ruandesa Victoire Ingabire ha sido arrestada el día 21 de abril en Kigali por “colaboración con una organización terrorista” y por “negación del genocidio”, según ha indicado un responsable del ministerio fiscal público, que pidió permanecer en el anonimato.
A Ingabire se le acusa de asociación con los rebeldes hutu de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda, FDLR, que opera en el este de la República Democrática del Congo, RDC.
Victoire Ingabire preside las Fuerzas Democráticas Unificadas, FDU, un partido que hasta la fecha no ha sido admitido por las autoridades ruandesas. Después de pasar años en el exilio en Europa, volvió a Ruanda el pasado mes de enero para anunciar su intención de presentarse a las elecciones presidenciales que van a tener lugar en Ruanda en agosto de 2010.
Nada más llegar a Kigali, en enero, la señora Ingabire acudió a rendir homenaje al Memorial del genocidio de los tutsis, situado en la colina de Gisozi, “El camino de la reconciliación es todavía muy largo. Este memorial sólo recuerda el genocidio perpetrado contra los tutsis, pero también hubo uno contra los hutu” declaró. “Los hutu que mataron a tutsis deben comprender que deben ser castigados, al igual que los tutsis que mataron a hutus”. Antes, Ingabire había declarado que había vuelto a Ruanda para liberar a los ruandeses “del miedo, de la pobreza y de los ineficaces gacaca”, los tribunales populares tradicionales que juzgan a presuntos colaboradores con el genocidio.
Estas declaraciones desencadenaron el furor de las víctimas del genocidio. La candidata fue acusada de propagar el negacionismo y por su corolario, la teoría del “doble genocidio” que habría tenido lugar simétricamente entre hutus y tutsis. El genocidio causó la muerte de 800.000 tutsis y hutus moderados entre abril y junio de 1994. Las masacres en represalia contra los refugiados hutu, acusados de haber participado en el genocidio, que sucedieron a continuación, fueron cometidos en el vecino Zaire, la actual República Democrática del Congo.
La vida pública en Ruanda está sometida a una ley aprobada en 2008, que castiga con entre 10 y 25 años “la ideología de genocidio”.
Desde su retorno del exilio, la dirigente política ha sido víctima de una serie de ataques y se le prohibió viajar fuera del país, a visitar a su familia, “porque estaba siendo objeto de una investigación judicial”.
(Rwandaises.com, 21-04-10)