Eastland, un barrio marginal de Nairobi, ha dado una patada al mundo del crimen gracias a la enseñanza de artes marciales. Las clases y prácticas deportivas suelen tener lugar los fines de semana en Kayole Social Hall. Allí, jóvenes de diversas edades se reúnen al menos dos veces por semana para trabajar sus habilidades en artes marciales. De acuerdo con el entrenador Gilbert Miruka, una gran parte de los que entrenan aquí estuvieron involucrados en actividades delictivas, pero han encontrado un nuevo pasatiempo: el Muay Thai. Este es un deporte de combate que se originó en el este de Asia y que ha proporcionado a muchos una nueva oportunidad de vida y un camino alejado del crimen. El entrenador comenta que “ahora podrían estar fumando pegamento o hierba, o cometiendo delitos como asaltar, robar, en cambio, están dedicando su tiempo a entrenar«.
La mayoría de los jóvenes que acuden al centro están tratando de cambiar sus vidas. Es el caso de Gabriel Aroka, que declaraba en una entrevista con VOA: «Si no fuera por este deporte, realmente no sé dónde estaría ahora, probablemente muerto… Frecuentaba malas compañías. Pero como este deporte me lleva mucho tiempo, ya no puedo pasar mucho tiempo con mis amigos; y por eso mi tiempo aquí es tan valioso«.
Este año, Aroka se convirtió en el campeón de África Oriental en la categoría de peso welter, bajo la Federación Internacional de Asociaciones de Muay Thai. “Puedo decir que ser una inspiración para otros jóvenes, especialmente aquí en Kayole, realmente significa mucho. Me siento honrado”. Además, el deportista asegura que le gusta poder animar a otros a cambiar como él lo ha hecho.
Kayole es considerado uno de los barrios más peligrosos de Nairobi. El desempleo, la actividad criminal y los tiroteos por parte de la policía son rampantes. El entrenador Miruka, que ha estado entrenando luchadores de Muay Thai durante 18 años, declaraba que el crimen y la violencia podrían reducirse. Para ello, pedía que el gobierno ayudara a los combatientes de Muay Thai a viajar a Tailandia para acudir a competiciones internacionales. Él mismo ha ayudado a jóvenes como Aroka a ganar títulos locales e internacionales. El entrenador llegó a declarar: “Lo que creo es que, aunque el Muay Thai se originó en Tailandia, nosotros, los kenianos, somos los mejores«. Para terminar, reincidió en que podrían demostrarlo si se les daba el apoyo necesario.
Fuente: VOA
[Traducción y edición, S. Ruiz Mínguez]
[Fundación Sur]
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