Las crisis del cólera en Zimbabue ha alcanzado unos niveles sin precedentes, con alrededor de 65.000 personas infectadas por la epidemia, y más de 3.000 personas muertas.
La epidemia, que comenzó en agosto, ya ha matado a más de 3.000 personas, con lo que se ha convertido en el brote más mortífero de los últimos 15 años, según un informe de la Organización Mundial para la Salud.
La falta de conciencia sobre la enfermedad, la inaccesibilidad al agua potable y la escasez de medicinas han hecho que sea imposible detener la propagación del cólera.
Las cifras de las Naciones Unidas muestran que sólo el 23 % de la población tiene acceso a agua potable, un porcentaje que va a empeorar debido a la sequía. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, dice que más de un millón de personas están en situación de alto riesgo de infección, en ausencia de agua potable después de que más del 70 % de las fuentes, canales de irrigación y ríos de todo el país se hayan secado debido a la sequía.
Crisis continuada
Eric Laroche, el ayudante del director general de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha pedido que se tomen medidas drásticas contra el brote de cólera.
Laroche advierte que el brote seguirá a menos que “las diferencias políticas se dejen a un lado, que se pague a los empobrecidos trabajadores zimbabuenses y que se reimpulse el sistema de salud del país.
En una zona del país, visitada por el corresponsal de Al Jazeera, los depósitos de cadáveres estatales han dejado de funcionar y las comunidades estaban enterrando cuerpos que habían estado ahí durante más de un año.
Bright Matonga, el viceministro de información de Zimbabue, dice que los cuerpos no eran de víctimas del cólera. “El informe que acaban de hacer público se refiere a cuerpos que no habían sido recogidos del depósito desde enero de 2008, y no había cólera entonces”, explicó a Al Jazeera el día 3 de febrero.
“Tenemos un brote de cólera. Fue muy intenso a finales del año pasado. Pedimos ayuda y la OMS y otras ONG han ayudado. Realmente, la situación ha mejorado mucho ahora”, continuó el representante del ministerio de Información.
“Ahora podemos detectar con rapidez, prevenir con rapidez y educar a la gente con rapidez. Estamos sobre la situación aunque nunca se puede decir que esté bajo control”, añadió.
Paul Garwood, un portavoz de la OMS, declaró a Al Jazeera que “estamos en medio de un gran brote y vemos que los casos aumentan”. “El brote es a escala nacional, con casos registrados en ocho de las 10 provincias del país”.
“Todavía no está bajo control. Se están realizando esfuerzos intensivos para intentar ponerlo bajo control. Hay que darse cuenta de que es un brote extraordinario, una emergencia de salud pública, y es necesaria una respuesta extraordinaria también”, señala el portavoz de la OMS.
Los ya colapsados servicios médicos se han visto sacudidos por la huelga de los trabajadores, que piden un mayor salario.
Zimbabue sufre el segundo índice de mortandad maternal más alto del mundo, después de Sierra Leona, con alrededor de 130 de cada 1.000 niños que mueren poco antes de nacer, según los expertos.
Crisis Humanitaria
La hiperinflación y el descenso en espiral de la economía se han añadido al desastre humanitario.
Con un índice de inflación oficialmente de 231 millones por ciento, el dólar zimbabuense ha quedado prácticamente sin valor, provocando una grave escasez de alimentos y divisas.
El Banco Central de Zimbabue devaluó su dólar el pasado día 2 de febrero, en 12 ceros, convirtiendo así un trillón de dólares en un dólar, y emitiendo siete billetes nuevos, para combatir la degradación económica.
La crisis también tiene como telón de fondo el punto muerto de la política.
Robert Mugabe, el presidente, y Morgan Tsvangirai, el líder de la oposición, están empezando a ponerse de acuerdo sobre el reparto de poder, desde las elecciones presidenciales de marzo del año pasado.
El punto de fricción ha sido la distribución de las principales ministerios entre los dos partidos, el Zanu PF de Mugabe y el MDC, de Tsvangirai.
(Al Jazeera, 03-02-09)