La población de Lesoto ha sido convocada para votar el sábado, día 28 de febrero, pero se teme que estas elecciones legislativas adelantadas, convocadas para restablecer el orden después de una tentativa de golpe de estado, podrían sumir al pequeño reino del África austral en una mayor inestabilidad y violencia.
Casi cinco meses después de que el ejército tomase por asalto la residencia del Primer Ministro, Tom Thabane, y el cuartel general de la policía, la tensión sigue todavía alta en la capital Maseru, donde hubo un tiroteo entre soldados y guardaespaldas de Thabane, matando a una persona, a principios de febrero.
Dimpho Motsamai, del Instituto Sudafricano de Estudios de Seguridad (ISS), comentó que “Uno de los grandes partidos políticos podría cuestionar los resultados de las elecciones y eso podría conducir a la violencia”.
Mientras que la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC) informa que los altercados de agosto pasado “tenían las características de un golpe de estado”, el ejército dice que su objetivo era desarmar a elementos infiltrados en la policía, que se preparaban para proporcionar armas a algunos partidos políticos.
Posteriormente el Primer Ministro huyó a Sudáfrica, país que rodea totalmente al pequeño reino de Lesoto de unos dos millones de habitantes, gobernados en principio por el rey Letsie III, cuya función es básicamente ceremonial.
La SADC encontró una salida a la crisis, que tuvo como resultado el alejamiento de su puesto del “renegado” jefe del ejército, que aparentemente dirigió el fallido golpe de estado, y el adelanto de dos años de las elecciones generales.
Tres partidos políticos principales, dos de los cuales hacen parte del gobierno de coalición de Thabane, se disputarán los votos del pequeño país montañoso del tamaño de Bélgica, en el que casi 60 por ciento de la población vive por debajo del nivel de pobreza, según el Banco Mundial.
Lesoto tiene una larga historia de inestabilidad política, habiendo sufrido golpes de estado, cambio de reyes y atentados contra políticos, desde su independencia de Gran Bretaña en 1966.
Frecuentemente las elecciones fueron seguidas por sucesos de violencia. Hubo una intervención del ejército sudafricano para acabar con los disturbios en 1998. La intervención se saldó con alrededor de 60 vidas humanas.
Una pacífica transición de poder en 2012 y la formación del primer gobierno de coalición del país dan ciertas garantías de estabilidad. Pero la coalición de los tres partidos descarriló en junio de 2014, cuando el viceprimer ministro de Thabane, Mothetjoa Metsing, pidió un voto de censura contra el primer ministro. Thabane disolvió el parlamento y sólo volvió a convocarlo en octubre, bajo la presión de la SADC.
Algunos analistas dicen que las desavenencias podrían haber sido causadas por la campaña anticorrupción de Thabane, que amenazó con implicar a Metsing, que también está bajo investigación por su supuesta participación en el golpe de estado.
Según el ISS, los principales partidos políticos de Lesoto tienen sus aliados en las fuerzas de seguridad, con muchos miembros de la policía apoyando a Thabane, mientras que Metsing goza con el apoyo del ejército.
No se hacen encuestas sobre la intención de voto en Lesoto, donde tres partidos políticos principales se baten duramente por los votos, según el portavoz del gobierno Ramakhula Ramakhula. Los tres partidos son: La Convención de todos los Basoto (ABC) de Thabane; el Congreso de Lesoto para la Democracia (LCD) de Metsing; y el principal partido de la oposición, el Congreso Democrático (DC) del antiguo Primer Ministro Pakalitha Mosisili. Ramakhula prevé que ninguno de los tres partidos conseguirá los votos suficientes para gobernar sólo.
El ejército se ha comprometido a quedarse en sus cuarteles durante el día de las elecciones para disipar temores de violencia, pero hay dudas sobre lo que podrá acontecer, cuando se anuncien los resultados de las elecciones.
Según Motsamai, hay indicios de que las elecciones van a ser transparentes, pero “algunos fallos en la logística serían suficientes para que algunos partidos cuestionasen los resultados finales”.
La continuación de la inestabilidad política debilitaría las esperanzas en la recuperación de la economía, basada sobre todo en la agricultura, derechos de aduanas, una debilitada industria textil y la venta de agua a Sudáfrica, en un proyecto conjunto multibillonario, completado en los años 90.
News24 – Fundación Sur
