El Tribunal Supremo de Uganda ha ratificado la sentencia de muerte como una provisión constitucional, pero ha sentenciado que los condenados deberán ser ejecutados en la horca en tres años a partir de su sentencia.
Esta decisión se toma un día después de que el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, haciendo uso de su prerrogativa de gracia, perdonó a un antiguo ministro de Interior y Seguridad, Chris Rwakasisi, que había pasado más de dos décadas en el corredor de la muerte.
La pena de muerte fue cuestionada por una iniciática de la Fundación para los Derechos Humanos, una organización no gubernamental que promueve la investigación y la defensa de los derechos humanos, por parte de los 417 convictos en el corredor de la muerte.
El veredicto se ha producido cuatro años después de que el gobierno apelase contra una sentencia constitucional anterior que ratificaba que las sentencias a muerte mandatorias eran anticonstitucionales.
(African Press Agency, 21-01-09)