El servicio militar indefinido en Eritrea continúa, a pesar de que el país diga lo contrario y ha creado «una generación de refugiados» que no deben ser considerados como «migrantes económicos», declaró Amnistía Internacional en un informe publicado el martes 1 de diciembre.
«El servicio militar obligatorio sigue siendo indefinido para una gran parte de los reclutas y, a veces, dura décadas».
Eritrea es el tercer país con más refugiados que intentan llegar a Europa después de los sirios y afganos.
«La situación en Eritrea es desesperada y desmiente las afirmaciones de algunos países de acogida, que afirman que la mayoría de los eritreos que llegan a sus fronteras son inmigrantes económicos», ha declarado Michelle Kagari, Director Regional Adjunto de Amnistía Internacional para África del Este.
En su informe, Amnistía dice que el servicio militar indefinido ha creado «una generación de refugiados» a pesar de que «el país no está en guerra». Durante el servicio militar, las familias se separan y los reclutas reciben una «paga miserable.»
Los jóvenes,, hombres y mujeres, que intentan escapar del servicio militar son detenidos en condiciones deplorables y, a menudo, son encerrados en celdas subterráneas o en contenedores.
De acuerdo con la ley eritrea, el servicio militar se limita a 18 meses, pero “el poder” cree que puede contar libremente con su población en caso de guerra.
Los atletas de Eritrea a menudo aprovechan sus viajes al extranjero para huir de su país, controlado con mano de hierro por el presidente Issaias desde 1993.
Eritrea se separó de Etiopía en 1991 tras 30 años de guerra. Ambos países se mantienen en pie de guerra desde el conflicto armado que les ha enfrentado entre 1998 y 2000, sobre la demarcación de su frontera común de una longitud aproximada de 1.000 km.
AFP
Fundación Sur