El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ha dado a conocer sus planes para construir una nueva prisión exclusivamente para sospechosos extremistas, para evitar, de esta manera, que los yihadistas propaguen su ideología extremista al resto de los reclusos. La propuesta ha suscitado un intenso debate donde algunos observadores establecen paralelismos con la infame prisión de EE.UU., en la bahía de Guantánamo.
Hablando en una ceremonia de graduación para funcionarios de prisiones, el presidente Uhuru comunicó: «vamos a construir una nueva prisión para encarcelar, delincuentes extremistas violentos. La verdad es que no podemos permitir que esparzan su veneno entre los keniatas más vulnerables».
Kenia se ha visto afectada por varios casos de ataques extremistas y el país ha sido testigo de un aumento dramático del extremismo violento en los últimos años.
De acuerdo con Afrobarómetro, entre 1970 y 2007, Kenia ha sufrido 190 ataques terroristas, un promedio de cinco por año; desde el año 2008, el promedio ha aumentado hasta 47 ataques al año. La inmensa mayoría de estos incidentes se han atribuido a Al-Shabaab.
Tras duras críticas y condenas sobre el maltrato a presuntos terroristas de todo el mundo que están detenidos en Guantánamo, el presidente de Estados Unidos Barack Obama ha tenido dificultades para cerrar la instalación.
Sin embargo, a principios de este año, se anunció que la prisión se cerraría, aunque no se dio ninguna fecha real de cierre. Los EE.UU. han transferido algunos de los detenidos en Guantánamo a algunos países africanos, como Ghana, Uganda y Cabo Verde.
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