El presidente de Chad, Idriss Deby, ha ganado las elecciones presidenciales por una abrumadora diferencia, según los resultados oficiales publicados el día 9 de mayo, pero estos resultados han sido rechazados por la oposición, como ilegítimos, después de boicotear los comicios.
Deby, que ha gobernado el estado del África central productor de petróleo desde 1990, cuando llegó mediante un golpe de estado, ganó con el 88.66 % de los votos, en las elecciones celebradas el pasado 25 de abril, según ha declarado el jefe de la Comisión Electoral de Chad en rueda de presa, añadiendo que la participación fue del 64 %.
Este resultado da a Deby un nuevo mandato de cinco años, algo previsible por lo general, después de que los principales candidatos de la oposición se retirasen de la convocatoria electoral, pidiendo el boicot a los chadianos, porque temían que las elecciones estuvieran amañadas.
Uno de los tres candidatos de oposición, Abdelkader Waldal Kamougue, murió el día 9 de mayo, a la edad de 72 años, horas antes de que se hicieran públicos los resultados.
“Esto no nos sorprende. Sabíamos que Deby ganaría”, declaró Djimrasnagar Ahmat, un residente de la capital de Chad, Yamena, al conocer los resultados. “Esto es por lo que nadie estaba interesado en estas elecciones. Como verás, la gente ni siquiera se molesta en ver el anuncio de los resultados por la televisión”.
Un portavoz de Deby ha declarado que el 64 % de participación es prueba de que la llamada al boicot de la oposición no ha sido escuchada, pero los representantes de la oposición no están de acuerdo con esta cifra.
Los observadores electorales de la Unión Africana y la misión del África Central dijeron que creían que la participación en las votaciones era más baja que el 51 % alcanzado por las elecciones legislativas del pasado mes de febrero, pero no dieron más detalles.
Chad produce alrededor de 115.000 barriles de petróleo al día, pero sigue siendo uno de los países más pobres del mundo.
Deby ha pasado la mayor parte de su tiempo en la presidencia, desde que ganó las últimas elecciones, en 2006, combatiendo una rebelión en el este del país.
En 2008 se enfrentó a un bombardeo de los rebeldes a la capital que mató a cientos de personas, pero desde entonces ha hecho las paces con Sudán, terminando con lo que los analistas consideran una guerra por poderes entre los dos países, librada entre diversos grupos rebeldes de uno y otro.
Deby ha firmado dos acuerdos de infraestructura con China en los últimos meses; uno de ellos es de 7.500 millones de dólares con la firma de ingeniería CCECC, para la construcción de una línea de ferrocarril de 1.344 kilómetros.
(IOL, 10-05-11)