El retraso hasta el 1 de diciembre, no parece suficiente tiempo para que el Gobierno prepare el plan de desarme de los rebeldes ruandeses esparcidos por la selva congoleña. El acuerdo firmado el día 10 de noviembre en Nairobi, entre Kigali y Kinshasa, apoyado por el Gobierno de Ruanda y toda la Comunidad Internacional, no parece dar mucha ventaja al Gobierno de la República Democrática del Congo.
Por otra parte, la situación de Nkunda no ha sido aclarada. Las FARDC, las fuerzas armadas de Congo, permanecen en sus posiciones, y sin embargo es Nkunda el que tiene la iniciativa de atacar, la última vez contra las tropas del Gobierno y contra un campo de refugiados internos, de gente que había escapado de los campos de los rebeldes. De hecho, el pasado día 13, las FARDC, atacaron la colina de Mugunga, a 15 kilómetros de Goma, provocando una huida masiva, de los 28.000 refugiados que viven en los campos de esta zona. Las FARDC acusaron a los insurgentes de haber llevado a cabo el ataque, y afirmaron que habían matado a 27 rebeldes, de los que se escondían en el parque nacional de Virunga, al noroeste de Mugunga. Aunque las tropas de Nkunda negaron siempre haber protagonizado este ataque, las fuentes de las Naciones Unidas de la región afirman que esta zona está controlada por los soldados de Nkunda.
La MONUC asegura que tiene desplegados 60 cascos azules desde el día 13 en los alrededores del campo de desplazados internos, Mugunga, reforzando la seguridad en el sector, para proteger a la población civil, además el portavoz de la misión de la ONU ha declarado que sus tropas están en máxima alerta y mostró su preocupación por la situación humanitaria de los civiles, que una vez más se han visto obligados a huir en unas condiciones deplorables.
Por su parte el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, felicitó a los Gobiernos de la República Democrática del Congo y al de Ruanda por el acuerdo firmado en Nairobi, lo que él considera un progreso decisivo. Además Ki Moon, reiteró su petición a los grupos armados que operan en la actualidad en el este del Congo, para que depongan las armas y aprovechen esta oportunidad de volver a la vida normal.
(Digital Congo, 14-11-07)