El Nuncio Apostólico en la República Democrática del Congo, el arzobispo argentino Luis Mariano Montemayor, ha visitado Béni, Kivu Norte, en la frontera oriental del país, junto a, Maman Sidikou, jefe de la MONUSCO (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo). En las afueras de esta población, el 13 de agosto pasado, eran asesinadas más de medio centenar de personas. Se trata de una de las peores masacres que han tenido lugar en la zona en los últimos años. Dos días después, el lunes 15, Día de la Asunción, el Papa Francisco denunciaba el hecho: “Los habitantes Kivu del Norte, en la República Democrática del Congo, recientemente golpeados por nuevas masacres que desde hace tiempo son perpetradas con un silencio vergonzoso, sin ni siquiera llamar nuestra atención. Estas víctimas forman parte, desgraciadamente, de los muchos inocentes que no tienen peso en la opinión mundial.
La visita del Nuncio ha sido una muestra de la cercanía del Papa a la población que ha sufrido esta tragedia. El representante del Papa y el jefe de la MONUSCO han visitado el lugar de la masacre en el barrio de Rwangoma, en la villa de Beni, la zona de caminos por la que regresaban los campesinos que han sido asesinados. Tuvieron como guía al alcalde de la ciudad de Béni que les informó de cómo había sucedido. Se rezó en memoria de las víctimas. Después, el nuncio visitó la parroquia más antigua del territorio de Béni, donde fue recibido por los fieles católicos, a los que transmitió un mensaje de compasión de parte del Papa Francisco. No desesperar, no ceder a la violencia, creer en la esperanza de un futuro mejor con la ayuda de todos, fue su mensaje.
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