Querida señora Christine Largarde,
Girifna le escribe en nombre de la mayoría de la población sudanesa que ha estado viviendo bajo el gobierno de la dictadura del Partido del Congreso Nacional, NCP-por sus siglas en inglés, durante casi un cuarto de siglo.
Hemos podido ver que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han concluido recientemente su reunión anual en Washington DC en la que se incluía el encuentro del Grupo Técnico de Trabajo sobre la Deuda Externa”, que se ocupa de Sudán. El comunicado de prensa del FMI que resume esta reunión ignora por completo el actual clima político en el país, así como la crisis a largo plazo de gobernabilidad económica y política, como resultado del régimen del NCP. Además, el comunicado acoge con agredo “los progresos hechos por Sudán, como la reciente implementación de las difíciles medidas de reformas”. Y el jefe de la misión del FMI para Sudán alabó a Sudán por su largo historial en aplicación de políticas económicas sostenibles”.
Desde el pasado 23 de septiembre de 2013, Sudán ha experimentado una oleada sin precedentes de protestas populares pacíficas, desencadenadas por la decisión del gobierno sudanés de levantar el subsidio del estado al combustible y a otros productos básicos de alimentación, como el azúcar o el aceite de cocinar, provocando por lo tanto que se dupliquen sus precios de un día para otro. Esta es la segunda vez que se produce un aumento así en un año y es una carga insoportable para un país donde el 46% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. El gobierno de Omar Al Bashir respondió a las protestas pacíficas disparando y matando a más de 200 ciudadanos, solo en Jartum, muchos de ellos menores de edad y jóvenes. Desde entonces, el pueblo sudanés ha estado protestando por todo el mundo y pidiendo que el NCP deje el gobierno.
La represión no es algo nuevo para el NCP. Desde que llegó al poder en 1989 ha utilizado una ideología extremista para dividir a Sudán según líneas religiosas, étnicas y tribales. Se ha mantenido aferrado al poder con una marginación económica y política total de las periferias; un amplio sistema de clientelismo y un presupuesto nacional que es esencialmente un presupuesto de guerra. Al gastar casi el 80% del presupuesto nacional en seguridad, policía, el ejército y las milicias privadas, el NCP ha desatendido sectores esenciales como la educación, la sanidad y la agricultura. No es necesario decir que, una inversión adecuada en estos sectores durante los últimos 24 años podría haber llevado a Sudán desde los puestos de “país de bajos ingresos” a los de “economía emergente”, o al menos a ser una nación autosuficiente en términos de seguridad alimentaria.
Hay que destacar que el gobierno sudanés no cambió este patrón de gasto en guerra y su negligencia para con el desarrollo humano, incluso durante el breve periodo de 6 años bajo el Acuerdo Global de Paz, CPA por sus siglas en inglés, que terminó con la guerra civil contra Sudán del Sur. Han estallado nuevos conflictos en los estados de las montañas Nuba y Nilo Azul, desde la independencia de Sudán del Sur, y el conflicto en Darfur entra en su primera década sin señales de resolución.
Sudán es un país rico en recursos que tiene las condiciones para un desarrollo positivo que no necesite ayuda exterior. Necesita un liderazgo político que pueda garantizar la construcción de instituciones solidas y transparentes, buen gobierno, y políticas libres de corrupción. La intervención en Sudán del FMI y el Banco Mundial no es democrática, porque están ustedes apoyando y negociando con un gobierno que la mayoría de los sudaneses quieren que se vaya.
Señora Largarde, estamos seguros de que si esto fuera durante o después de la Segunda Guerra Mundial, el FMI no se sentaría a la misma mesa con Hitler o Mussolini. Sin embargo, están ustedes negociando abiertamente con el Hitler de África. El gobierno de Omar Al Bashir ha sido directamente responsable del asesinato y desplazamiento del mayor número de civiles de la historia contemporánea del continente africano.
Sean cuales sean los préstamos que el FMI y el BM den al NCP, no serán utilizados para sacar a los ciudadanos sudaneses de la pobreza. Serán utilizados para oprimirnos y asegurarse de que el régimen permanece en el poder. Por lo tanto, le pedimos que detenga todos los préstamos al régimen genocida de Jartum.
(Girifna, 15-10-13)