El día 4 de octubre se retomó el caso judicial de la líder de la oposición de Ruanda, Victoire Ingabire. La presidenta del partido de la oposición FDU-Inkingi, declaró “No tengo miedo, nunca he cometido ningún delito contra mi país, necesito justicia”.
En la jornada del 5 de octubre, la fiscalía agotó todos sus recursos para obtener la cadena perpetua para la señora Ingabire, según un comunicado emitido desde la oficina de su partido político, el 6 de octubre, que acusa a la fiscalía de haber comenzado una guerra de desacreditación contra la defensa, a la que acusa de estar empleando tácticas para retrasar el juicio.
El día 6, la defensa demostró que al menos tres de los cargos que se imputan a Ingabire fueron presentados sobre la marcha del juicio, sin haber interrogado a la acusada sobre los mismos, ni haber sido debidamente comunicados a la misma ni a su defensa, como obliga la ley.
El partido de la oposición lamenta en su comunicado la nada ética animosidad de los fiscales y el silencio del tribunal, ante los insultos proferidos por los fiscales tanto a Ingabire como a su equipo de defensa, “lo cual constituye una inquietante violación de la presunción de inocencia”.
Uno de los abogados de la defensa, el británico Ian Edwards, en un momento declaró “Esto no es un debate en un bar, estamos en un tribunal de justicia, existe un código de conducta…”, en reacción a los insultos del fiscal.
“Este juicio–show -según el partido FDU-Inkingi- es una llamada de atención para todos aquellos que financian y alaban el sistema judicial del régimen de Paul Kagame en Ruanda”.
(Comunicado de prensa del FDU-Inkingi, 06-10-11)