El jazz es un estilo musical con subgéneros tan variados como los instrumentos utilizados y donde la creatividad y la improvisación son el sello distintivo. La etimología de la palabra «jazz» nos remite a una palabra americana jasm, ahora obsoleta, que significa «energía», «espíritu», «vigor» o «coraje», cualidades necesarias para contrarrestar la tendencia occidental de la formalidad, la repetición y la armonía perfecta, como fue la norma durante siglos. Otros piensan que la palabra jazz tiene su origen en la palabra francesa «jaser», que se refiere a los ruidos que hacen aves como la urraca, el mirlo o el loro. En sentido figurado, jaser significa hablar continuamente, conversar o decir cosas inútiles.
Si analizamos el jazz de cerca, podríamos afirmar que viene de África. Antes de convertirse en un género popular a principios del siglo XX, fue interpretado por primera vez por músicos afroamericanos. Además, su acercamiento al ritmo, su estilo y su improvisación recuerdan a algunas de las músicas tradicionales que se pueden encontrar en el continente africano. Es muy probable que este género se derive de los ritmos tradicionales traídos por los esclavos africanos al nuevo continente.
Hoy, sin embargo, en África el jazz suele ser considerado como una forma de arte elitista que solo disfrutan ciertos miembros de la sociedad. También es obvio que los jóvenes tienen dificultades para comprender y apreciar el jazz. Y esta es una tendencia que se observa en todo el mundo. Si es cierto que el jazz requiere un oído musical más desarrollado, la idea general de que esta música es pretenciosa o una música de snobs es incorrecta.
En lugar de estar interesado en los oyentes, la atención debe centrarse en los propios músicos. Estos son de los músicos más impresionantes que hay: algunos de ellos son autodidactas, que llevan los límites del aprendizaje y la experimentación a un nivel espectacular. ¡Aprenden, interpretan, deconstruyen, crean, realizan y perfeccionan todas las ideas que pasan por sus cabezas y nos demuestran que a veces las reglas, estéticas y musicales al menos, son hechas para ser rechazadas o incluso transgredidas!
Fuente: Music in Africa
[Traducción, Juan Vacas]
[Fundación Sur]
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