Funcionarios de Sudán del Sur sostuvieron conversaciones de paz mediadas por líderes regionales que alcanzaron un punto muerto después que una delegación de la oposición armada hiciera “ nueve peticiones imposibles”
El vicepresidente, James Wani Igga, dijo que todo el mundo era optimista en que Salva Kiir y el líder rebelde, Riek Machar, llegarían a un acuerdo.
“Cuando el presidente abandonó Juba para ir a Addis Abeba, todo el mundo había puesto sus esperanzas en que retornaría con la paz. Pero cuando llegó y empezó las negociaciones directas con Riek y su equipo, las cosas empezaron a ser diferentes”, dijo Igga a los legisladores de Sudán del Sur el martes.
´Declaró que aunque las delegaciones del gobierno estaban informadas de tres puntos clave de fricción, la oposición llegó con otras seis peticiones.
“Esto muestra claramente que a Riek y su grupo no les preocupa el sufrimiento que han causado a la gente de este país. Muestra que a ellos solo se preocupan de sí mismos”, enfatizó Igga.
Según el vicepresidente, la oposición exigió la publicación de la comisión de la Unión Africana sobre la investigación del conflicto, el reconocimiento de las dos fuerzas armadas de un país durante el período transitorio, la disolución y reconstrucción del parlamento nacional para extenderse a los niveles de los estados y distritos, incluyendo una disposición en el plan de paz que obliga al gobierno a pagar las deudas contraídas por la oposición mientras estaba en lucha con el gobierno y quiso adoptar el federalismo durante el período transitorio.
Los rebeldes, dijo además, exigieron la disolución de las comisiones de revisión y elecciones constitucionales del país, y que aquellos funcionarios que concurrieran a estas dos instituciones deberían ser designados nuevamente.
Los rebeldes quieren que la comisión de elecciones nacionales se reúna y se gestione por el gobierno de transición y las Naciones Unidas.
Afirmó que la oposición no mostró interés en discutir con el presidente el último día de sus conversaciones directas, insistiendo que sus exigencias fueran satisfechas antes de ir a por el reparto del poder y de la riqueza.
“En el reparto de la riqueza, la oposición exigió la creación de fondos de generación, fondos de la comunidad donde los recursos se obtienen y producen. Exigieron más para los estados donde los recursos se producen”, dijo Igga.
“Ellos [los rebeldes] hablaron de un 70%, más tarde de un 30% a los estados productores. Pero cuando se les preguntó por la producción de las bases, ellos fallaron porque no hicieron una investigación científica y entonces sus afirmaciones no podían tener sentido, pero insistieron”, añadió.
El portavoz presidencial, Ateny Wek Ateny, también dijo que las conversaciones colapsaron debido a las exigencias de la oposición, que el gobierno rechazó.
“En el reparto de la riqueza hablaron de un 30% de la producción de petróleo a los estados, 30% al gobierno, 15% a los estados no productores, 15% a los distritos donde se produce petróleo, 5% para consolidar las cuentas y 5% a la generación de fondos”, dijo Ateny a Sudan Tribune el martes.
Declaró asimismo que los rebeldes quisieron que el acuerdo se extendiera al ámbito geográfico de las zonas donde no tienen presencia, citando la región de Greater Bahr, Ghazal, Equatoria y los Lagos.
“Quisieron esas zonas para ser incluidas en su definición, pero el gobierno dijo que las áreas de conflicto deben limitarse a la región del Nilo Superior porque es aquí solamente donde ellos están en activo”, enfatizó Ateny.
Una fuente que prefirió el anonimato afirmó que el presidente Kiir fue avisado por los altos mandos del ejército de no ceder el paso a algunas exigencias de los rebeldes.
“Dijeron que no aceptarán la integración de los rebeldes dentro del ejército con más alto rango que el que tenían antes de la rebelión. No aceptarán números inflados de las fuerzas rebeldes como medio de obtener la mayoría en el ejército, y finalmente no aceptarán a Marchar como vicepresidente”, observó la fuente.
“Quisieron que él [Marchar] no tenga una posición de influencia”, añadió.
Kiir, el Presidente de Sudán del Sur , y el líder opositor Marchar fracasaron en encontrarse antes de la fecha límite fijada por los mediadores regionales para las dos partes, para llegar a un acuerdo de paz final y comprensible la semana pasada.
Decenas de miles de personas han sido asesinadas y cerca de dos millones han sido desplazados por el conflicto del que se estima que tiene un coste para la joven nación entre 22 mil millones y 28 mil millones de dólares en los próximos cinco años.
Sudan Tribune – (Fundación Sur)