Las expulsiones de ciudadanos angoleños y congoleños hacia sus respectivos países de origen habían adquirido un ritmo inquietante y la tensión había aumentado entre los dos países. Pero tras una visita de una delegación angoleña a la República Democrática del Congo, se ha anunciado el fin de las expulsiones.
Con un comunicado del ministerio angoleño de Relaciones Exteriores los vuelos de la compañía aérea angoleña, TAAG, hacia la República Democrática del Congo se suspendieron, a partir del pasado 8 de octubre, como respuesta a la operación de expulsión de miles de angoleños. Por su parte, el gobierno congoleño asegura que no ha recibido notificación oficial de la suspensión de estos vuelos. Esto es una prueba del nivel que había alcanzado la tensión entre los dos países.
Para las autoridades angoleñas, las expulsiones de angoleños de la RDC son “desproporcionadas y excesivas”. Es más, se efectúan contra angoleños en situación regular en la RDC. Luanda confirmó que los congoleños expulsados de Angola estaban en situación irregular y residían en las zonas mineras donde se produce la explotación clandestina de diamantes. Para las autoridades angoleñas, estos congoleños perturban la economía de Angola y perjudican gravemente su medioambiente.
En represalia a estas expulsiones, de los congoleños de Angola, las autoridades de la RDC tomaron medidas recíprocas, expulsando a angoleños tanto si estaban en situación regular como irregular.
Según el ministro de Comunicación y Medios de Angola, Lambert Mende, se ha establecido una comisión mixta entre la RDC y Angola, para discutir la cuestión de estas expulsiones masivas mutuas. La comisión se reunirá próximamente y el ministro ha expresado su esperanza en que la disputa no tenga que ser llevada al nivel de la SADC, Comunidad de Desarrollo de los Estados del África Austral, y otros organismos regionales, ya que “sería irresponsable elevar esta cuestión al nivel de la SADC, ya que daría la impresión de que los dos estados no creen en sus propias capacidades de resolver esta pequeña desavenencia a nivel bilateral”.
Jamás la RDC y Angola habían llegado a este nivel de “desavenencia”. El día 13 de octubre, tres viceministros de Angola viajaron a Kinshasa, llevando consigo un mensaje personal del presidente, Eduardo Dos Santos, a su homólogo, Joseph Kabila. La delegación estaba encabezada por el viceministro de Relaciones Exteriores, acompañado de los viceministros de Defensa y de Interior.
A su llegada fueron recibidos por el viceministro congoleño de Asuntos Extranjeros y después por el presidente de la RDC. Al término de la reunión mantenida en Kinshasa, el viceministro de Exteriores angoleño anunció el fin de las expulsiones entre uno y otro país. Deteniendo asó la escalada de la tensión entre los dos países.
(Le Potentiel, Congo R.D., 13-10-09)